México y sobre todo el Gobierno de Enrique Peña Nieto celebraron la captura en una operación militar del capo del narcotráfico Joaquín "el Chapo" Guzmán, prófugo desde hacía medio año después de huir por segunda vez en su vida de una prisión de máxima seguridad.

La noticia llegó poco después del mediodía de este viernes, cuando el jefe de Estado sorprendió a los ciudadanos con un triunfalista mensaje en Twitter: «Misión cumplida: lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido».

Guzmán, de 58 años y uno de los criminales más buscados del mundo, estuvo menos de seis meses fuera de la cárcel, de la que había escapado el 11 de julio pasado por un túnel de 1,5 kilómetros entre su celda en el penal del Altiplano (estado central de México) y una casa a medio construir.

Sinaloa, el estado del noroeste de México que lo vio nacer y cuna de los mayores narcotraficantes mexicanos, fue precisamente el escenario este viernes del operativo militar que lo llevará de nuevo tras las rejas.

De la acción de las fuerzas de seguridad se tuvo la primera noticia a media mañana, cuando un comunicado de la Secretaría de Marina informó de la muerte de cinco delincuentes y la detención de otros seis en un tiroteo en un domicilio de la ciudad sinaloense de Los Mochis.

El boletín detallaba que los uniformados llegaron hasta allí por una «denuncia anónima» y advertía de que tras los disparos se había escapado Orso Iván Gastelum Cruz, presunto jefe de la zona norte de Sinaloa de una organización delictiva que opera en el área.

Lo que nadie parecía esperar entonces, tal vez tampoco el Gobierno, es que en su huida por el sistema de alcantarillado de la zona Gastelum iba acompañado por «el Chapo», como se explicaría luego.

Ambos recorrieron un tramo por el drenaje, salieron a la superficie y en algún punto se apoderaron de un vehículo para llegar hasta el «Hotel & Suites Doux», un motel de carretera a las afueras de Los Mochis donde poco después serían capturados.

En una de las primeras imágenes filtradas a la prensa de la detención, «el Chapo» aparece en una habitación del motel, con una camiseta sucia de tirantes y las manos esposadas.

Al fondo, una fotografía de una mujer en ropa interior, que resaltaba entre las paredes de la habitación de ese establecimiento donde es posible hospedarse por días o por horas.

Aplausos, abrazos y sonrisas fueron algunos de los gestos de emoción exteriorizados por Peña Nieto, su gabinete ministerial y los representantes de las fuerzas de seguridad en distintos actos públicos para celebrar la captura.

Tras el anuncio, en la última jornada de la XXVII Reunión de cónsules y embajadores en la Secretaría de Relaciones Exteriores, el secretario de Gobernación (ministro de Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, interrumpió un acto público para leer el mensaje del mandatario sobre la captura.

A continuación, en medio de la ovación de la sala se abrazó con sus homólogos de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, y de Marina, Vidal Francisco Soberón, rompiendo el protocolo, y posteriormente todos entonaban el himno mexicano.

Posteriormente, el gobernante indicó en un mensaje televisado al país desde el Palacio Nacional que con la recaptura de Guzmán «son 98 de 122 delincuentes más buscados que ya no representan una amenaza para la sociedad mexicana».

«Esta acción contra la impunidad es resultado del trabajo permanente de valiosos elementos» de las instituciones nacionales «que durante días y noches se abocaron a cumplir la misión que les ordené: recapturar a esta criminal y presentarlo ante la Justicia», se congratuló.

Guzmán dio sus primeros pasos en el cártel de Guadalajara en la década de 1980 y fue capturado por primera vez en 1993 en Guatemala.

Tras ser condenado a 21 años, se fugó del penal de Puente Grande, en el estado occidental de Jalisco en 2001, en un carrito de lavandería.

«El Chapo», llamado así por su baja estatura, llegó a tener una fortuna de más de 1.000 millones de dólares, según la revista Forbes.

Fue detenido de nuevo en febrero de 2014 en un edificio residencial del puerto de Mazatlán, también en Sinaloa, y recluido en el penal del Altiplano.

Tras su fuga se desató una fuerte polémica entre los Gobiernos de México y de Estados Unidos, que había solicitado la extradición del narcotraficante, algo que Peña Nieto rechazó de inicio al considerar que Guzmán no podría escapar.

El portavoz del Departamento de Justicia de EE.UU., Peter Carr, dijo este viernes a Efe que su país prevé solicitar de nuevo la extradición de Guzmán, quien será recluido, una vez más, en una cárcel en las próximas horas.