Las conclusiones del informe del Instituto Internacional Estudios Estratégicos 2017 (IISS, por sus siglas en inglés), divulgado ayer, «no tienen sustento para México», afirmaron en un comunicado las Secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores.
El informe de IISS, con sede en Londres, destacó que México fue el segundo país más violento en 2016 con 23.000 asesinatos, solo después de Siria, con 50.000 muertes, y por encima de Afganistán e Irak, con 17.000 y 16.000 respectivamente.
El Gobierno rechazó las conclusiones del reporte por considerar que utiliza cifras «cuyo origen se desconoce», refleja estimaciones basadas en «metodologías inciertas» y aplica términos jurídicos de manera equivocada.
«El reporte busca dar un tratamiento similar a naciones con fenómenos completamente diferentes, que no son comparables ni medibles entre sí», manifestaron los ministerios mexicanos.
Consideraron «irresponsable e incorrecto» que se hable de un conflicto armado no internacional en México, ya que la existencia de grupos criminales no es un criterio suficiente para ello, como tampoco lo es el uso de las Fuerzas Armadas para mantener el orden interior.
Las autoridades subrayaron que la violencia relacionada con el crimen organizado «es un fenómeno regional» que va más allá de las fronteras que México comparte con Estados Unidos, Guatemala y Belice.
Los retos que México enfrenta no pueden aislarse de fenómenos relacionados en otros países, como el tráfico de armas y la demanda de drogas, expuso el comunicado, y añadió: «El combate al crimen organizado trasnacional debe analizarse de manera integral».
El Gobierno aseguró desconocer el origen de las cifras de homicidios del reporte de IISS al asegurar que la estimación total no ha sido publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la entidad de estadísticas oficiales.
Además, consideró «inverosímil» la suposición que hace el estudio de que todos los homicidios en el país están «relacionados con el combate a las organizaciones criminales».
Las estadísticas de homicidios dolosos, como la que maneja el Inegi, incluyen muertes por riñas, por armas blancas, asociadas a delitos del fuero común y a conflictos vecinales, entre otras, por lo que «el reporte parte de una base errónea y carente de rigor técnico», indicó.
Los ministerios criticaron también el rigor metodológico del listado de países más violentos del IISS. «Partiendo de cifras correctas, sería viable hacer comparativos por tasas para así tomar en cuenta las diferencias en el número de habitantes de los países», argumentaron.
«De acuerdo con cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de 2014, México está lejos de ser uno de los países más violentos del mundo», aseguraron, al destacar que el país registró una tasa de homicidios de 16,4 por cada 100.000 habitantes.
Tan solo en América Latina, apuntaron, «países como Honduras, Venezuela, Belice, Colombia o Brasil registran tasas de homicidios por cada 100.000 habitantes de 90,4; 53,7; 44,7; 30,8; y 25,2 respectivamente».