En la mañana de este jueves, el senado de Brasil decidió separar de su cargo a la presidenta Dilma Ruseff. En un debate que duró aproximadamente un día se decidió con 55 votos a favor y 22 en contra la apertura de un juicio político. La ahora ex mandataria de Brasil queda apartada de su cargo por 180 días para que se le investigue por maquillar cuentas públicas.
En la mañana de este jueves, el senado de Brasil decidió suspender durante 180 días a la presidenta Dilma Rouseff. En un debate que duró aproximadamente un día se decidió con 55 votos a favor y 22 en contra la apertura de un juicio político. La por ahora exmandataria de Brasil queda apartada de su cargo para que se le investigue por maquillar cuentas públicas.
En declaraciones a los medios tras ser notificada oficialmente por el Senado de su suspensión, Dilma Rousseff se dirigió a los medios y al país y aseguró que su Gobierno ha sido objetivo de un sabotaje.
Durante sus palabras, Rouseff también acusó a Eduardo Cunha, presidente del Congreso de Brasil, como la persona que actuó por venganza en su contra. Los derechos que mantendrá Dilma Rousseff tras ser suspendida son mantener su sueldo; permanecer en la residencia oficial, el Palacio da la Alvorada; mantener el equipo de empleados de la residencia oficial.; derecho a transporte aéreo y terrestre. Mientras tanto perderá otros beneficios.
Así, mantendrá la posición de Presidenta, pero no podrá ejercer funciones. Perderá el uso de la oficina presidencial, el privilegio de participar en actos oficiales y por tanto el rol protagónico en los Juegos Olímpicos.
Ahora es el vicepresidente Michel Temer quien reemplazará a la Mandataria. Temer fue acusado por la misma Rousseff como el jefe de los conspiradores en su contra, pues apenas se conocía la idea de un juicio político se conoció una grabación en la que repasaba un discurso como presidente interino.
A pesar de que ahora Temer está en el poder, según estudios de la encuestadora Datafolha previos a la suspensión de Rousseff, solo el 2 % de la población dijo que votaría por él en una elección presidencial, mientras que el 60 % pide su renuncia. Y un 58 % opina que el vicepresidente también debería ser sometido a un juicio político.
Temer fue diputado en 1994, 1998, 2002 y 2006. Llegó a ser electo presidente del partido del Movimiento Democrático Brasileño en dos oportunidades y presidente de la Cámara de Representantes en tres.
Pero Temer no ha estado exento de problemas judiciales pues en 2009 fue implicado en un escándalo por financiamiento ilegal a cargo de una de las constructoras involucradas actualmente en la llamada operación «Lava Jato»; sin embargo, el caso fue desestimado por el Tribunal Superior.
Ahora que Rouseff ya fue separada de su cargo, el Senado inicia la fase de instrucción, con la presentación de pruebas y testimonios, y Rousseff presenta su defensa. La comisión especial del Senado elabora un nuevo informe sobre si la acusación procede o no. Ricardo Lewandowski, presidente del Supremo Tribunal Federal, la máxima corte de justicia de Brasil, encabeza la sesión en el Senado que decide por mayoría simple si el proceso sigue adelante o se archiva, a partir del informe de la comisión. Si el proceso continúa, se abre la etapa de juzgamiento, siempre dirigida por el presidente del Supremo. El Senado, con presencia de la defensa y la acusación, puede convocar testimonios para interrogarlos. Los senadores discuten la decisión final, ahora sin la presencia de las partes. Finalmente, el Senado vota si la acusada cometió o no el crimen de responsabilidad que le imputan. En caso de ser condenada por al menos dos tercios de los senadores (54 votos en 81), Rousseff es destituida y Temer la reemplaza definitivamente hasta el fin del mandato.