Rousseff enfrentó un juicio político por decretos que alteraron el presupuesto de la nación. Es acusada de modificar ilegalmente cuentas antes de su reelección en 2014 para ocultar un déficit en el presupuesto y seguir financiando programas sociales populares.
«No he cometido ninguno de los delitos de los que se me acusa», dijo Rousseff. «Sé que seré juzgada, pero mi conciencia está tranquila. No tengo nada que esconder».
La acusación debía ser ratificada por 54 votos o dos tercios de la mayoría de 81 senadores.
El Senado votó 61 votos a 20.
Rousseff fue reelegida en 2014 con más de 54 millones de votos y se impuso ante Aécio Neves 51,59% contra 48,41.
Con esta destitución el Partido de los Trabajadores (PT) deja el poder luego de 13 años.
Rousseff fue destituida definitivamente y Michel Temer, quien ocupaba la presidencia interina desde que la mandataria fue temporalmente apartada de sus funciones, la reemplazará hasta las elecciones generales de 2018.
La mandataria suspendida ha calificado todo el proceso como un golpe de Estado técnico dirigido por políticos implicados en una masiva investigación sobre corrupción.
El juicio político contra Rousseff se alargó por meses. La mandataria fue suspendida en mayo.
Rousseff, de 68 años, la primera presidenta mujer de Brasil y exguerrillera, insistió en su declaración este martes que no había cometido ningún crimen que estaba orgullosa de haber sido «fiel a su compromiso con la nación».
Ya hay un precedente de juicio político en Brasil. En 1992 Fernando Collor de Melo, presidente en ese entonces, enfrentó acusaciones de corrupción. Aunque renunció antes de la votación, igualmente fue juzgado, condenado e inhabilitado.