La mañana después del día de las elecciones los demócratas lidiaban con una mezcla de shock y tristeza.
Donald Trump sería el próximo presidente de Estados Unidos. Para miles, la decepción se convirtió en protesta cuando algunos partidarios de Hillary Clinton canalizaron su incredulidad en un mensaje desafiante:
«No es mi presidente», gritaban. «Hoy no».
En respuesta a la victoria de Trump, decenas de miles de estadounidenses en al menos 25 ciudades de Estados Unidos, incluyendo Nueva York y Nashville, Chicago y Cleveland, San Francisco y Seattle, gritaron consignas anti-Trump, incendiaron neumáticos y llevaron a cabo vigilias con velas para llorar por el resultado.
Muchas de estas manifestaciones, que tuvieron lugar en las zonas que apoyaron a Clinton, continuaban la madrugada de este jueves.
«La gente está furiosa, y no solo por los resultados de la elección, sino por la retórica de Donald Trump», dijo Ahmed Kanna, un organizador de Social Alternativa Berkeley, a CNN.
Manifestaciones frente a las propiedades de Trump
En Nueva York, las autoridades estiman que alrededor de 5.000 personas, incluyendo a la estrella del pop Lady Gaga, acérrima partidaria de Clinton, protestaron contra el magnate de bienes raíces fuera de la Torre Trump.
Sus preocupaciones incluían desde las propuestas políticas, como su plan de construir un muro en la frontera con México, a la polarización de la campaña que había avivado los temores xenófobos.
Quince manifestantes fuera de la Torre Trump fueron detenidos la noche del miércoles por alteración del orden, dijo un portavoz de la policía de Nueva York.
En Oakland, California, salieron a las calles 7.000 personas, hubo 30 arrestados y tres policías resultaron heridos. En Los Ángeles fueron arrestadas otras 13 personas. En esa ciudad los manifestantes prendieron fuego a una piñata que representaba la cabeza del presidente electo y bloquearon una autopista.
En Chicago, los activistas marcharon por Lake Shore Drive, una autopista de ocho carriles a lo largo del lago Michigan, hacia la Torre Trump de la ciudad, con carteles en los que se leían consignas tales como: «Todavía no puedo creer que tenga que protestar por los derechos civiles».
«Como nación, nos pareció que habíamos llegado tan lejos, pero parece que estamos dando muchos pasos hacia atrás», dijo una mujer. «Queremos unirnos para cambiar eso».
Mientras tanto, los manifestantes en Washington coreaban: «No Trump, no KKK, no un EE.UU. fascista» mientras marchaban hacia el Trump International Hotel. En otras partes de la capital del país, una señal luminosa proclamaba que EE.UU. es «mejor que la intolerancia».
«Todo lo que se ha construido ha sido destruido», dijo el manifestante Brian Barto a la afiliado de CNN WJLA-TV. «Estados Unidos ha fallado (a las minorías)».
Partidarios: Trump es un «agente de cambio»
Mientras los manifestantes anti-Trump ventilaban sus quejas, sus partidarios también han salido en algunos lugares para expresar su entusiasmo por el presidente electo.
En Nueva York, el miércoles por la mañana, grupos de partidarios Trump aclamaron su victoria fuera de la Torre Trump. Otros fueron a la Casa Blanca la noche del martes y la madrugada del miércoles para mostrar su apoyo.
Nicholas Elliot, un estudiante de la Universidad de Georgetown, dijo que estaba eufórico por la elección de Trump, y comparó la elección con el voto del brexit.
«Me siento bastante bien, un año y medio de proceso ha terminado y terminó a mi manera», dijo el tejano a WJLA, afiliada de CNN.
JD Vance, autor del libro Hillbilly Elegy, dijo a CNN que los partidarios Trump en la clase media estadounidense votaron por él porque muy pocas personas -incluyendo Clinton o sus partidarios- hubieran prestado atención a su difícil situación.
«Ellos ven a Trump como un agente de cambio y el agente de protesta contra quienes sienten que realmente les han fallado en el gobierno», dijo Vance.