En Portoviejo, las personas debían hacer largas colar para obtener un pasaje para Guayaquil. Cooperativas como Reina del Camino, Coactur y Rutas Portovejenses tuvieron que aumentar frecuencias para abastecer la demanda de pasajeros.
Carlos Montiel llegó a la capital de los manabitas el pasado viernes. Estuvo de paseo por Crucita, afirmó que fue una grata experiencia, pero que «lo peor es la hora de viajar. Hay muchísima gente aquí en el terminal; ya llevo dos horas haciendo fila y todavía no logro comprar un pasaje».
El caso de María Sánchez es similar. Junto a sus tres hijos pugnaba este mediodía por regresar a Guayaquil. «Siempre viajo a Portoviejo, porque mi familia es de aquí, pero en feriados es insoportable, hay mucha gente».
En Manta se vivió un ambiente parecido. Viajeros que buscan un ticket para retornar a Quito debieron esperar por horas para luego subirse a un bus y viajar por otras 7 horas más, en promedio.