Teresa Aumala, subsecretaria de Vigilancia, Prevención y Control de la Salud, explicó que, en respuesta a estos nuevos desafíos, el Ministerio de Salud Pública ha implementado estrategias basadas en las lecciones aprendidas durante la pandemia de COVID-19 en 2020, manteniendo una vigilancia epidemiológica constante, semana a semana, para identificar y mitigar los brotes de infecciones respiratorias. Además, el Ministerio ha fortalecido la red de atención primaria de salud, capacitando al personal sanitario y mejorado los protocolos de actuación ante posibles incrementos de casos.
La subsecretaria indicó que los virus respiratorios están presentes de forma permanente en el ambiente y tienden a aumentar su circulación durante la temporada de lluvias o las épocas invernales. Asimismo, explicó que, si no se toman las precauciones adecuadas ni se aplican medidas de bioseguridad, como el uso de mascarillas, virus como el sincitial, uno de los más comunes podrían tener un impacto más grave en la población.
En cuanto al metapneumovirus, Aumala destacó que este virus respiratorio tiende a circular más intensamente durante los meses de frío o temporada de lluvias, coincidiendo con picos de otros virus respiratorios. Los síntomas comunes del HMPV (Human Metapneumovirus) incluyen tos, secreción nasal, dolor de garganta y fiebre.
Por otro lado, aclaró que, aunque no existen vacunas para proteger contra el virus sincicial ni contra el metapneumovirus, dos de los virus respiratorios que están circulando actualmente, sí existen vacunas disponibles para prevenir la influenza y el COVID-19, enfermedades que también representan riesgos importantes para la salud pública. En este contexto, subrayó que la vacunación es una herramienta clave para reducir la propagación de estos virus y prevenir complicaciones graves, especialmente en grupos vulnerables como niños, adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes.
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