«Una conversación difícil se llevó a cabo con el equipo y se dieron instrucciones sobre la necesidad de evitar todo contacto con los medios rusos», escribió, en su página Facebook, el ministro Igor Zhdanov.
«Los propagandistas rusos lograron engañar a la vigilancia y provocar a algunos atletas, que no calcularon el alcance político de sus palabras», añadió.
El ministro reaccionó al eco provocado en las redes sociales en Ucrania por este reportaje de la televisión pública rusa. Muchos internautas denunciaron la empatía de los deportistas ucranianos.
Las relaciones entre Kiev y Moscú son muy tensas desde la anexión en marzo de 2014 por parte de Rusia de la península de Crimea, seguida de un sangriento conflicto que opone al ejército ucraniano y a los separatistas prorrusos en el este del país, que ha causado más de 9.500 muertos.
Un centenar de deportistas rusos fue excluido de los Juegos debido al escándalo de dopaje de Estado en su país, denunciado por el informe Mclaren. El COI había encargado a las federaciones internacionales decidir sobre la elegibilidad de los deportistas en virtud de varios criterios, en particular la ausencia de positivos en el pasado o la no implicación en los hechos denunciados en el informe McLaren.
«Existe una política de doble rasero», había señalado la atleta ucraniana Nataliya Pogrebnyak en el reportaje difundido por la televisión rusa.
«No es justo ver por ejemplo que miembros del equipo de Estados Unidos, que han purgado su pena por dopaje, pueden participar en los Juegos y que los rusos sin un pasado relacionado con el dopaje no puedan», añadió. «No es justo. No debería ser así. Si hay reglas, deben ser las mismas para todos», señaló la también atleta Elyzaveta Bryzgina, que se vio privada de la competición durante dos años por dopaje en 2013.