Uno de los cerca de 1.000 emigrantes cubanos en tránsito hacia EE.UU. que están varados en el lado panameño de la frontera con Costa Rica murió en un hospital por gripe AH1N1, confirmaron hoy las autoridades, que están en alerta para "prevenir y contener cualquier posible brote epidemiológico".

Rubén Ramírez Caso, de 53 años, falleció el pasado lunes en el Hospital Rafael Hernández de la ciudad de David, capital de la provincia occidental de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica.

Ramírez estaba en un albergue temporal instalado para los cubanos en Progreso, una localidad próxima a Paso Canoas en la frontera de Panamá con Costa Rica.

El Ministerio panameño de Salud confirmó hoy en un comunicado que Ramírez murió a causa de la gripe AH1N1.

Añadió que Ramírez llegó a Panamá «a través de la frontera con Colombia, luego pasó por la provincia de Darién hasta ubicarse en Progreso, Chiriquí» y que otros dos cubanos que le acompañaban no presentan problemas de salud pero están «en vigilancia especial».

Las autoridades sanitarias «han emprendido una serie de acciones de prevención, entre ellas una jornada de vacunación, control vectorial, y se han ampliado las asistencias médicas para alrededor de 1.000 cubanos migrantes que buscan camino hacia el norte del continente».

«Además se ha fortalecido la búsqueda activa de casos sospechosos, se alertó a todas las instalaciones de salud, en especial del área y regiones vecinas», destacó.

La entidad añadió que «se han aplicado medidas de prevención y control vectorial en áreas afectadas, control de saneamiento de las comunidades receptoras y los albergues, y se está brindando educación sanitaria a la comunidad».

El presidente de la Cruz Roja de Barú, Luis Antonio Rodríguez, dijo este martes a Efe que Ramírez «ya traía de su país problemas de defensas y problemas de edad también».

El emigrante tenía dos días de haber sido trasladado de Paso Canoas al refugio en Progreso, donde al parecer se agravó su salud por una gripe, según aseguran isleños que lo conocían.

Rodríguez afirmó que a raíz de la muerte del emigrante en los albergues «sí se están previniendo los resfriados».

Personal de la Caja de Seguro Social y el Ministerio de Salud ha reforzado las condiciones sanitarias en los hospedajes y todo lo relacionado con la manipulación de alimentos, indicó Rodríguez.

El funcionario de la Cruz Roja recalcó que en todo lo que es Paso Canoas, que incluye a Progreso, hay unos 1.000 emigrantes cubanos esperando seguir su viaje hacia Estados Unidos.

Los isleños, por su parte, han señalado que lo sucedido es una alarma de lo que les puede ocurrir en la medida en que sigan varados en el cordón fronterizo, donde afirman que viven con las condiciones mínimas necesarias y con el riesgo a epidemias y enfermedades.

Además, anunciaron que mañana se reunirán en el gimnasio de Progreso con los medios de comunicación para decirle al Gobierno de Panamá y al resto del mundo la incertidumbre en que están.

El pasado 30 de diciembre el vicecanciller panameño, Luis Miguel Hincapié, dijo que Panamá negocia con los países de Centroamérica para que los cubanos varados en su territorio se beneficien de un acuerdo para transitar por la región hacia Estados Unidos, como lo hará un primer grupo de los albergados en Costa Rica.

La crisis de cubanos varados en Costa Rica se desató el 15 de noviembre cuando Nicaragua les cerró la frontera alegando riesgos a su seguridad.

Los países centroamericanos y México acordaron el pasado 28 de diciembre que un primer grupo de los casi 8.000 cubanos varados en Costa Rica, reinicie su travesía hacia EE.UU., llegando vía aérea a El Salvador y de allí siguiendo por tierra a través de Guatemala y México.