Un soldado estadounidense murió y otros dos resultaron heridos en una operación conjunta en Afganistán, cerca de la localidad de Marja, en la provincia meridional de Helmand, confirmó hoy el Pentágono.

«Estamos muy apenados por esta pérdida», indicó en unas breves declaraciones el brigadier general Wilson Shoffner, portavoz de las Fuerzas Armadas estadounidenses desplegadas en Afganistán, que realizan con frecuencia operaciones conjuntas con fuerzas afganas contra los talibanes.

Según indicó el portavoz del Pentágono, Peter Cook, en una rueda de prensa, el fallecido era miembro de las fuerzas especiales que estaban realizando una operación antiterrorista en la zona de Marja, cuando se vieron sorprendidos por un ataque.

En la emboscada también fueron heridos varios soldados afganos que participaban en la operación.

Posteriormente, dos helicópteros se trasladaron para asistir y evacuar a las víctimas y uno de ellos fue abandonado al golpear con sus aspas un muro.

«Uno de los helicópteros despegó tras recibir fuego, pero regresó a la base», explicó Cook.

Cook señaló que el combate seguía en marcha en los alrededores de Marja, lo que pone de relieve la intensidad con la que los talibanes continúan combatiendo tras el fin oficial, a finales de 2014, de la guerra iniciada tras el 11 de septiembre de 2001.

Las fuerzas especiales estadounidenses llevaban varios días operando en esta zona del sur de Afganistán junto con las fuerzas afganas, entrenadas por Estados Unidos, en contra de los talibanes, que están intensificando los ataques en regiones como Helmand.

Desde principios de diciembre, las fuerzas talibanes han estado intentando hacerse fuertes en la provincia de Helmand, una de las más inestables de Afganistán y en la que cuentan con importante presencia sobre el terreno.

El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció que mantendrá un mayor número de tropas del previsto en Afganistán tras el fin de su mandato, en enero de 2017, ante la intensidad de los ataques de los Talibán y la inestabilidad del gobierno aliado de Kabul.

Estados Unidos mantiene unos 9.800 soldados en ese país, un nivel que se mantendrá a lo largo de todo este año, en respuesta a la violencia Talibán y la toma durante dos semanas de la ciudad de Kunduz el pasado otoño.

Cook reconoció hoy que la situación en Helmand y el resto del país sigue siendo «complicada» y Afganistán es un «lugar peligroso en el que nuestra tropas están expuestas».

El portavoz, no obstante, evitó caracterizar estas operaciones de apoyo a las fuerzas afganas de acciones de «combate.

Los talibanes han intensificado sus ataques poco antes de que representantes de Afganistán, Pakistán, Estados Unidos y China intenten revivir el proceso de paz con el grupo insurgente, estancado desde el pasado verano.