Para René Ortíz, exministro de Energía y Minas, el Ecuador no ha sido previsible ante la crisis eléctrica que enfrenta actualmente. Sin embargo, puntualizó que este panorama responde a una serie de factores. El primero, según dijo, es la falta de mantenimiento de las centrales de generación, lo cual pudo depender de la falta de dinero. Pero, en caso que hayan existido los fondos suficientes, el no hacerlo responde a una «negligencia» de las autoridades.
Por otro lado, insistió en la importancia de permitir la participación del sector privado en la generación y así, conseguir el cumplimiento del Plan Maestro de Electrificación. Precisó que este ámbito debe liberar a la inversión privada no solo para que genere, sino que tenga la facultad de transmitir energía.
Otra de las preocupaciones a causa de la crisis eléctrica, según Ortíz, es la pérdida de empleos. Por ello, puntualizó que la medida de ‘Pico y placa eléctrico’ debería tener un alcance mayor antes que «el fin de la crisis». Ortíz asemejó esta problemática con la pandemia, después de la cual medidas como el teletrabajo se mantienen hasta la actualidad.
Roberto Aspiazu, presidente de la Cámara de Energía del Ecuador, consideró que la crisis eléctrica no es coyuntural, sino estructural. Precisó que entre 2014 y 2024, el país acumuló un desfase de generación equivalente a 1.951 megavatios. Por ello, coincidió con Ortíz en la apertura del mercado de generación a grandes consumidores.
Además, Aspiazu exhortó a revisar el régimen tarifario que, indicó, ocasiona un déficit fiscal significativo.
“Estamos pagando la factura de la disfuncionalidad del sistema”, dijo. Por esto, precisó, existen pérdidas de USD 480 millones al año.
De acuerdo con Marco Acuña, presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos de Pichincha, el país debe desarrollar su matriz energética basándose en sus propios recursos, sin considerar los ejemplos de otros países.
Explicó que los distintos gobiernos deberán explorar los techos y fuentes importantes, alternativas a la generación hidroeléctrica. Entre ellas, la geotermia y la biomasa. Para ello, destacó la necesidad de la profesionalización del sector que, en los últimos años, ha estado a cargo de personas no especializadas en el tema.
Apuntar a la termogeneración es parte de la solución a corto y mediano plazo, según el experto energético, José Alvear. Cuestionó que durante varios años, el sistema de generación responda a un modelo estatista, donde el sector privado no tiene las reglas transparentes para invertir.
Otro de los puntos a destacar, de acuerdo con Alvear, es la transición a gas natural que sería menos contaminante y resulta un 50% más económico que el diésel.
Por otro lado, alertó que la crisis también se debe a corrupción dentro de mandos medios que impiden la operación sostenida de las centrales.
«Hay un mando medio en la mitad de las instituciones que son la gran mafia», dijo.
Además, criticó a gobiernos anteriores como los de Rafael Correa y Guillermo Lasso por centrar la dependencia en la hidrología, y no invertir en generación, respectivamente.
El exgerente de CELEC, Diego Morales, dio un balance de los embalses que, actualmente, se ubican en niveles críticos. En Mazar, la cota se fija en 2.111 metros, en Amaluza este se mantiene 1.979, con caudales que no han mejorado.
Alertó que Molino, Mazar y Sopladora no tienen unidades operando, por lo que la producción de CELEC Sur sería de 11 megavatios cuando su capacidad máxima es de 2.000 megavatios.
«No podemos permitir que el complejo Paute llegue a un punto en el que se encuentre en todos los niveles mínimos, porque eso no permitirá planificar los apagones», sostuvo, advirtiendo de una situación «extremadamente crítica».
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