Luego de la caída de un puente en la localidad de Morbi, en el oeste de India, que dejó al menos 140 muertos, la policía arrestó a nueve personas involucradas en el accidente. Se estima que al menos 400 ciudadanos transitaban por el pasaje al momento de su desplome. El puente fue construido en la época colonial y se encontraba en proceso de remodelación, pero aún no tenía permiso de reapertura.

El superintendente de la policía local Rahul Tripathi informó que ya fueron detenidas nueve personas, incluyendo dos gerentes de la empresa Oreva, encargada de la remodelación del puente, que fue reinaugurado tan solo cuatro días antes de su colapso. También fueron aprehendidos dos contratistas, dos taquilleros y tres guardias de seguridad que no frenaron a las multitudes antes de que colapsara la estructura.

El puente no contaba con la autorización de las autoridades competentes para reabrir al público, por lo cual se habría cometido una grave infracción a la ley india, según informó el jefe de la municipalidad.

Durante los cuatro días que estuvo abierto al público, miles de personas visitaron el paso peatonal que fue construido hace casi 150 años y ha sido descrito como una «maravilla de la ingeniería.

Tras la caída de la estructura, el pasado 29 de octubre, más de 100 ambulancias, 40 equipos médicos y miembros de la Fuerza Nacional de Respuesta de Desastres se encargaron de las labores de rescate.

Frente a esto, el primer mandatario de la India anunció que los familiares de los fallecidos recibirán una indemnización de alrededor de 2.400 dólares, mientras que, los heridos obtendrán cerca de 600 dólares por la caída del puente.