Proaño explicó que las medidas que finalmente se están implementando fueron demandadas por el sector durante todo el año anterior. Añadió que la primera de ellas fue el aumento del presupuesto para los créditos hipotecarios, y que el nuevo crédito es un paso complementario hacia el objetivo de otorgar millones de dólares en financiamientos.
Destacó que el principal objetivo de este crédito es facilitar el acceso a la vivienda para un segmento de la población con menores ingresos. El monto máximo será de hasta $50.000 para viviendas con un avalúo comercial de hasta $53.678. Los requisitos de ingresos son accesibles, con un mínimo de $730 (equivalente a 1.5 salarios básicos unificados) y un máximo de $1.489 (3.17 salarios básicos unificados). Además, las viviendas deberán contar con al menos dos dormitorios, asegurando un espacio adecuado para las familias.
Proaño también subrayó la importancia de abordar el déficit habitacional en Ecuador, que se estima en 600.000 viviendas. Aunque reconoció que este crédito solo cubrirá una pequeña parte de la demanda, resaltó que la competencia generada por esta medida podría motivar a otros bancos, como el Banco del Pacífico, a reducir sus tasas de interés, beneficiando a un mayor número de ciudadanos.
Asimismo, destacó que la recuperación del sector de la construcción es clave para la economía del país. Enfatizó que, con la implementación de este nuevo crédito, se espera un crecimiento moderado del de 4% hasta el 5% para el sector en 2025. Puntualizó que este nuevo producto no solo beneficiará a los constructores, sino que también contribuirá a la creación de empleo y al bienestar económico de más familias ecuatorianas.
Proaño subrayó que el nuevo crédito hipotecario del BIESS es una medida positiva para reactivar el sector de la construcción y facilitar el acceso a la vivienda propia para jubilados y pensionistas.
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