El nuncio apostólico en Colombia, monseñor Ettore Balestrero, visitó hoy la ciudad colombiana de Mocoa, donde más de 300 personas murieron en una avalancha, y transmitió a los socorristas un mensaje de ánimo del papa Francisco.

El Telégrafo

«El papa Francisco pide al Señor que sostenga el ánimo de las autoridades y de cuantos están colaborando en los trabajos de socorro, e imparte a todos los hijos de ese amado pueblo y de la nación la bendición apostólica», dijo Balestrero a periodistas a la salida de la catedral mocoana.

El nuncio visitó este jueves Mocoa, capital del departamento del Putumayo, en donde mantuvo un encuentro con el clero, conoció la situación de los damnificados por la avalancha, recorrió algunas de las zonas afectadas y participó en una ceremonia religiosa.

Durante su comparecencia ante la prensa, el nuncio expresó su agradecimiento y el del sumo pontífice a quienes «se están comprometiendo, sacrificando y entregando por Mocoa».

Además, indicó que todos los sacerdotes presentes en la ciudad «están continuamente pendientes de la necesidad de los pobladores, llevan en su corazón el sufrimiento de este pueblo y están participando con toda el alma del dolor de los mocoanos».

La emergencia en la capital del departamento de Putumayo fue ocasionada por el desbordamiento de los ríos Mocoa, Sangoyaco y Mulatos, que pasan por la ciudad y que fuera de su cauce arrasaron varios barrios a consecuencia del fuerte aguacero que cayó el pasado 31 de marzo por la noche.

Ante la magnitud de la tragedia muchos damnificados manifestaron a Efe su esperanza que el papa, que hará una visita a Colombia en septiembre próximo, incluya a Mocoa en su gira, programada para las ciudades de Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena.