Así lo anunció en rueda de prensa Antony Costello, experto de microcefalia de la OMS, quien explicó que esta mañana se han reunido todos los departamentos implicados en la epidemia para comenzar a trabajar de inmediato.
La OMS declaró ayer que los dos grupos de casos de microcefalia y otros desórdenes neurológicos detectados en Brasil y en la Polinesia Francesa y su posible relación con el virus del Zika son una emergencia sanitaria de alcance internacional.
Costello explicó que han creado rápidamente esta unidad «tras las lecciones aprendidas durante la crisis del ébola».
La OMS sólo ha establecido una emergencia sanitaria de alcance internacional en tres ocasiones anteriores: polio, gripe H1N1, y ébola, aunque fue muy criticada por haber tardado meses en anunciarla para esta última enfermedad que acabó matando a más de 11.000 personas en África occidental.
Costello volvió a incidir hoy en el hecho de que la emergencia se declaró por los casos de microcefalia y otras malformaciones y no por el virus de Zika por si mismo, dado que es una enfermedad que en el 75 % de los casos es asintomática y en el resto tiene efectos muy leves.
«No podemos ignorar que ha habido un incremento repentino de microcefalia. Cuatro mil casos sospechosos son muchos para una dolencia que normalmente se da en 1 entre 3.000 nacimientos»
En Brasil antes de este brote había una media de 160 casos por año.
Lo que teme la OMS es la asociación.
«Creemos que la asociación (entre el virus y las malformaciones) es culpable hasta que se pruebe que es inocente», sentenció el experto.
«Sabemos que las infecciones víricas pueden causar microcefalia, es por eso que tenemos sospechas», agregó.
Hasta ahora se comprobado que si una gestante se infecta de rubeola, toxoplasmosis, cytomegalo, algunos herpes, o por contacto con toxinas y metales pesados, o por condiciones genéticos, su feto puede desarrollar microcefalia.
Costello también recordó que hay muy pocos casos en que se ha podido comprobar la relación directa: según las estimaciones de la OMS, sólo se han detectado 12 bebés que padecen microcefalia y cuya madre se infectó con el zika.
Brasil está investigando 4.200 casos de bebés que se sospecha sufren microcefalia, pero sólo en 270 se ha confirmado que realmente los niños padecen esa malformación.
El problema recae esencialmente en el diagnóstico, dado que el virus sólo está activo en el cuerpo cinco días y no se puede detectar posteriormente, con lo cual es muy difícil determinar si la mujer estuvo expuesta o no a la infección.
«La mujer pudo estar expuesta al virus hace meses y no podemos saberlo», confesó el experto.
Es por eso que tanto Costello como ayer la directora general de la OMS, Margaret Chan, insistieron en la importancia crucial de desarrollar test de diagnóstico que pueda determinar con certeza y en un periodo de tiempo más largo la presencia del zika.
Consultado Costello sobre la leyes de interrupción del embarazo y si la OMS va a hacer alguna recomendación al respecto, declinó responder, aunque recordó que en la mayoría de los casos sólo se puede establecer la dolencia una vez el bebé ha nacido porque es muy difícil de determinar intrauterina incluso en lugares donde existen ecógrafos profesionales.