El coordinador de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación Humanitaria (OCHA) en el país, Mark Bowden, dijo durante el lanzamiento en Kabul de su plan de acción para este año, que «el conflicto sigue siendo el principal causante de las necesidades humanitarias».
Bowden aseguró que más de 300.000 afganos abandonaron sus hogares huyendo del conflicto entre enero y noviembre de 2015, los primeros meses tras la retirada de las tropas internacionales, lo que supone un incremento del 160 % frente al mismo periodo del año anterior.
El portavoz de OCHA dijo que el mínimo de fondos que requiere Naciones Unidas para salvar las vidas de los afganos es 393 millones de dólares para 2016.
«Es lo que necesitamos para ayudar a 3,5 millones de afganos necesitados», estimó.
El Plan de Respuesta Humanitaria presentado por la OCHA da prioridad a las necesidades «más graves» de los desplazados, ya sea por la guerra o por desastres naturales, en áreas como alimentación, sanidad o acceso a agua potable, agregó.
Durante el mismo acto, el jefe de gobierno afgano, Abdulá Abdula, indicó que «a pesar de que en los últimos 15 años se ha auxiliado a Afganistán, todavía se necesita ayuda humanitaria y asistencia debido a la actual situación, las personas desplazadas y la continuación del conflicto».
El mandatario apuntó que el conflicto ha generado cerca de un millón de desplazados desde su inicio en 2001, con la invasión estadounidense y el consecuente derrocamiento del régimen talibán.
«La mayoría de ellos» recibieron ayuda durante el pasado año, aseguró Abdulá.
En 2015, Afganistán vivió uno de sus periodos más sangrientos desde 2001 y los talibanes se hicieron con el control de varias áreas del país, logrando incluso tomar temporalmente la ciudad nororiental de Kunduz, su mayor logro militar de los últimos 14 años.