Como un nuevo punto de partida para el régimen de Nicolás Maduro son vistas las elecciones regionales que tendrá Venezuela este domingo. Conseguir el levantamiento de sanciones sería uno de los principales objetivos que espera alcanzar. La oposición regresa a las urnas después de cuatro años y luego de quince, una misión de la Unión Europea (UE) supervisará la votación.
Con los resultados que arrojen estos comicios, la fracturada y debilitada oposición venezolana podrá replantear su estrategia para las próximas presidenciales que tendrían lugar en 2024 o antes, en el caso de llegar a algún acuerdo.
El bloque opositor dejó de participar en los comicios de 2018, en los que Maduro fue reelegido, y en los de 2020, en los que el chavismo recuperó el Parlamento, por considerarlos “fraudulentos”.
Sin embargo, esa ausencia ha terminado por debilitar y dividir al bloque y la llamada “presidencia interina” del líder opositor Juan Guaidó -reconocida por más de cincuenta países- ha “perdido legitimidad” y quedó “obsoleta”, según han reconocido fuentes opositoras bajo anonimato.
Guaidó no ha hecho llamados a la abstención, pero ha dicho que no irá a votar, lo que refleja las divisiones internas en vísperas de un 2022 en el que podría intentarse contra Maduro un referendo revocatorio para acabar un mandato en mitad de su vigencia.
Ambos bloques han pedido a la población ir a votar en medio de cierres de campaña que han dejado una escena inédita, chavistas y opositores -ambos sin líderes- pidiendo el voto y repartiendo su propaganda electoral unos frente a otros en varias zonas de Caracas, sin problema.
La vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, aseguró en uno de los actos que los comicios servirán para dar una “lección democrática, para que los imperios del mundo aprendan a respetar a Venezuela”.
“Ellos (la oposición) saben que le vamos a dar una paliza este 21 de noviembre”, afirmó Rodríguez, quien insistió en que mantendrán el legado del fallecido presidente Hugo Chávez tras la contienda electoral.
En este mismo acto participó el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Jorge Rodríguez, quien manifestó que “es imposible” que les sea arrebatada la victoria en las urnas el domingo.
Más de 21 millones de venezolanos, de los 30 millones de habitantes que registra el país, están citados a las urnas en un proceso con 70.000 candidatos a 23 gobernaciones y 335 alcaldías, además de legislaciones regionales y municipales en un país azotado por la peor crisis económica en su historia, recoge AFP.
La asistencia a las urnas será clave para que la oposición consiga un buen resultado que le permita obtener varias gobernaciones y alcaldías clave tras casi un lustro llamando a la abstención.
En Caracas, gran bastión del chavismo los últimos 22 años y uno de los mayores desafíos de la oposición, el aspirante opositor, Tomás Guanipa, cerró su campaña afirmando que la capital “demuestra voluntad de cambio” y el “hastío” con la situación que vive el país.
“Lo que yo veo en la calle es indignación, la gente quiere recobrar su derecho a decidir quién está y quién no en el poder”, afirmó antes del cierre de campaña.
No obstante, para muchos analistas el poder del chavismo no está en riesgo ya que se prevé que gane la gran mayoría de los cargos. El cambio que ha mostrado el oficialismo estaría relacionado con buscar el retiro de las sanciones vigentes, “especialmente las que pesan sobre los temas petroleros”.
Maduro sostiene que las sanciones encabezadas por Estados Unidos son la causa de los muchísimos problemas de Venezuela. El país tiene fondos bloqueados en el extranjero y quiere vender su petróleo sin restricciones, así como importar gasolina, escasa ante la destrucción de la industria, recoge EFE.
“No se sabe si las elecciones serán justas, libres, transparentes y verificables. Las sanciones son el principal objetivo de Maduro”, dice el analista Oswaldo Ramírez, director de la firma ORC Consultores.
Entre las concesiones hechas por el líder chavista está el impulso que dio para la nueva directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE).
El órgano electoral está formado por cinco rectores, tres afines al chavismo y dos a la oposición. El director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV), Luis Lander, lo considera un gran avance y destaca el “esfuerzo” que han hecho los cinco para tratar de ofrecer una imagen institucional.
Otra concesión es la presencia de la oposición y la invitación de las misiones de observación de la UE, el Centro Carter y las Naciones Unidas. Venezuela fue reticente por años a autorizar este tipo de misiones, invitando siempre a organizaciones afines al chavismo.
La UE, que ha desplegado a 34 observadores, tiene previsto presentar su informe el próximo martes. Un especialista electoral declaró que “no hay posibilidad de fraude” con el sistema electrónico de votación usado en Venezuela, aunque puede existir, como en procesos anteriores, “coacción y persecución” en centros en un contexto de autocensura en medios de comunicación por temor a represalias.
La jefa de la misión, la eurodiputada portuguesa Isabel Santos, ha rechazado las críticas vertidas por el número dos del oficialismo, Diosdado Cabello, quien ha pedido a sus simpatizantes que desconfíen de los observadores de la UE, ya que -aseguró- su trabajo “se basa en la desacreditación” del proceso.
En varias ocasiones ha afirmado que la delegación de la UE en Venezuela tiene el guion escrito sobre el ejercicio democrático que se desarrollará en Venezuela. Al respecto, Santos se mostró sorprendida y negó que tengan “un informe preparado”.
Candidatos opositores han denunciado ventajismo, uso de recursos públicos para campañas chavistas y poco acceso a medios. Pero Maduro, en contraste, ha prometido “una gran victoria de la democracia”. (I)
Fuente: El Universo – Nota Original: LINK