La representante de la OPS en Ecuador, Gina Tambini, dijo en declaraciones a Efe que en una situación como la que atraviesa el país andino, con población en albergues y refugios, existe riesgo de contraer enfermedades diarreicas que pueden surgir «cuando no hay consumo de agua segura».
Medidas como el lavado frecuente de las manos y la conservación refrigerada de los alimentos cocidos, en especial en una zona de clima tropical y alta temperatura como la afectada, pueden evitar este tipo de males.
Promover estas prácticas en los albergues, así como tratar el agua con cloro forma parte de las acciones que lleva a cabo el Ministerio de Salud Pública de Ecuador, indicó la experta.
Epidemiólogos de la OPS y del ministerio recorren las áreas más afectadas por el terremoto para «fortalecer la vigilancia activa».
También existe riesgo de enfermedades trasmitidas por vectores, como el mosquito Aedes aegypti, que propaga el zika, el dengue y el chikunguña y que está presente en la zona impactada por el terremoto.
Según Tambini, los ciudadanos deben adoptar medidas de protección personal «para evitar que le pique el mosquito» por medio del uso de repelente contra insectos y de ropa que cubra brazos y piernas.
En particular, es importante la protección en el caso de las embarazadas, ya que existe riesgo de que los neonatos sufran microcefalia si la madre está infectada con zika, según Tambini, quien subrayó la importancia de evitar el almacenamiento de agua en recipientes que no estén debidamente cerrados en los albergues y refugios.
La doctora también destacó la importancia de promover la lactancia materna como barrera ante enfermedades y señaló que «la leche materna es la alimentación más completa para el bebé», al tiempo que resaltó la necesidad de completar el ciclo de vacunas de los niños.
La OPS ha destinado en primera instancia 100.000 dólares para las acciones de salud prioritarias tras el terremoto y, según Tambini, está previsto adjudicar un millón de dólares a salud y dos a agua y saneamiento dentro del primer paquete de siete millones asignado tras el terremoto por parte de la ONU.
Esas cantidades forman parte de un monto de 72,7 millones de dólares que Naciones Unidas ha solicitado por medio de un llamamiento internacional para asistir, durante los próximos tres meses, a unos 350.000 damnificados por la catástrofe.
Tambini indicó que un total de 25 expertos de la OPS están recorriendo las zonas afectadas por el temblor y señaló que el equipo de la organización panamericana se integró en el grupo que lidera el Ministerio de Salud Pública para prestar cooperación técnica ante la emergencia.
El personal del organismo ha trabajado en una evaluación de hospitales y centros de salud de las zonas golpeadas, con expertos en diferentes áreas para evaluar daños en infraestructuras y colaborar en la coordinación de equipos médicos.
Señaló que se ha registrado un total de 35 unidades de salud con daños, de las cuales catorce han quedado en situación no operativa.
Tambini destacó también otras acciones del organismo que dirige en Ecuador, como la coordinación de la llegada de los equipos médicos internacionales de emergencia, que consideró «clave en la respuesta a un terremoto», junto con un sistema de registro de los medicamentos y equipamiento médico llegados a Ecuador por medio de donaciones de países e instituciones.