«En las Olimpiadas vamos a tener en Brasil a muchos turistas y claro que es una preocupación porque el nombre de Brasil está en juego», dijo al ser preguntado sobre el zika de cara a los Olímpicos de Río de Janeiro en agosto próximo.
En rueda de prensa, Pelé explicó que lo que más le gusta de la película, que se centra en su infancia y carrera como jugador, en la que ganó tres campeonatos mundiales, es que muestra «la importancia para cualquier persona de creer en uno mismo».
«Es un mensaje de esperanza para todos los niños, que es lo que representó en los cincuenta y sesenta Pelé para toda la nación», señaló Jeff Zimbalist, codirector de la cinta junto a su hermano Michael.
Pelé quiso felicitar a los chicos que le interpretan como niño y joven en la película, aunque dijo entre bromas que no son tan «guapos» como era él.
Los directores hicieron un extenso casting en Brasil para dar con chicos que no solo se parecieran sino también que tuvieran facilidad con el balón y pudieran actuar frente a una cámara.
La cinta arranca con un pequeño Pelé que ve a su padre llorar después de que Brasil perdiera en casa por 1-2 en 1950 la final del Mundial ante Uruguay en el estadio Maracaná y le promete que algún día conseguirá el título para él, una anécdota real, explicó Pelé.
A preguntas de la prensa, el exfutbolista se mostró cauto sobre quién ganará a su juicio la próxima Copa de Europa y señaló que pese a la reciente eliminación, «está claro que en los últimos quince años el Barcelona ha sido el mejor equipo, del mismo modo que anteriormente eran los holandeses los que jugaban más bonito».
Preguntado sobre el hecho que nunca jugase en Europa, caladero estos días de la mayoría de grandes figuras del balompié brasileño, Pelé dijo que estuvo «casi a punto de firmar por el Real Madrid» pero que nunca se «arrepintió» de haberse quedado en el Santos.
En el tintero de su carrera quedó ganar una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos así como recibir un Balón de Oro, pues en aquella época solo podían optar jugadores de equipos europeos.
Edson Arantes do Nascimento, la leyenda del fútbol, se resta crédito y dice no tomarse muy en serio alguno de sus apodos, como «Dios».
El exfutbolista, de 75 años, anda con la ayuda de una muleta, aunque no ha perdido el sentido del humor y dice que de salud está «quizá no al 100 %, pero sí al 99 %».