El gabinete británico planeaba reunirse el jueves para discutir si Reino Unido se unirá o no a Estados Unidos y Francia en un posible ataque militar contra Siria, el cual amenaza con llevar a una confrontación directa entre las fuerzas occidentales y rusas.

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La primera ministra británica, Theresa May, llamó a sus ministros para sostener una reunión especial de gabinete con el propósito de considerar cómo responder a lo que ha presentado como un brutal ataque con gas venenoso por parte de las fuerzas del Gobierno sirio contra civiles en Duma, una ciudad ubicada al este de Damasco que hasta hace poco estaba en poder de rebeldes.

Rusia, el aliado más importante del Gobierno sirio en su guerra de siete años contra los rebeldes, dijo que desplegó el jueves a la policía militar en Duma después de que la ciudad fue retomada por fuerzas gubernamentales.

“Son los garantes de la ley y el orden en la ciudad”, declaró el Ministerio de Defensa ruso, citado por la agencia de noticias RIA.

 El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió a Rusia el miércoles que los misiles “llegarán” a Siria, en respuesta al ataque con gas del 7 de abril que habría provocado la muerte de decenas de personas, y criticó a Moscú por defender al presidente sirio, Bashar al-Assad.

El Ejército sirio ha reposicionado algunos de sus activos aeronáuticos para evitar las consecuencias de posibles ataques con misiles, dijeron funcionarios estadounidenses a Reuters el miércoles.

El intento de Siria por proteger a sus aeronaves, quizás localizándolas junto a equipamiento militar ruso que Washington podría abstenerse de atacar, podría limitar el daño que Estados Unidos y sus aliados podrían provocar en el Ejército de Assad.