Durante la ceremonia de cambio de mando militar, realizada la mañana de este viernes 26 de febrero, en el Campo de Marte de la Escuela Militar Eloy Alfaro, el presidente de la República, Rafael Correa, y el jefe saliente del Comando Conjunto, el Gral. Luis Garzón, expusieron su criterio sobre el papel de las Fuerzas Armadas en el país.

Durante su discurso, Garzón defendió la «lealtad» con la que siempre se ha caracterizado las Fuerzas Armadas Ecuatorianas para defender al pueblo y cumplir con los mandatos constitucionales. El jefe saliente del Comando Conjunto aprovechó su intervención para denunciar ante el presidente Correa los bajos ingresos destinados para la alimentación de los militares.

«Con el debido respeto, debo señalar que se han realizado, sin éxito, numerosas gestiones para aumentar la alícuota de alimentación de rancho de nuestros soldados; es evidente que nuestro personal no puede continuar desayunando, almorzando y merendando con 3 dólares al día», dijo Garzón, y también aprovechó para señalar que el deber de los soldados es impedir que las Fuerzas Armadas sean desligadas de «su propia esencia». En este sentido, Garzón pidió a los militares que «cuidemos celosamente a la institución, porque preservando a la institución contribuiremos a un futuro mejor».

Garzón también agradeció al Gobierno Nacional en el campo de la vivienda fiscal, pero recalcó que «queda sin embargo pendiente el arreglo y mantenimiento de 1 537 viviendas y la construcción de un número importante de viviendas adicionales para solucionar el déficit de vivienda militar necesarias para el personal de las tres ramas de las Fuerzas Armadas».

Más tarde, al momento del discurso del Primer Mandatario, varios militares en servicio pasivo que asistieron a la ceremonia, se levantaron y abandonaron el lugar mientras Correa daba sus palabras iniciales. El Presidente calificó a esos militares de «malcriados» y como un reflejo del «viejo país».

Correa fue enfático al decir que «vivimos en un Estado de derecho, donde no es posible aceptar que los uniformados realicen expresiones públicas de aspectos jurídicos y administrativos». Respecto al Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa), Correa recalcó que «el Issfa no es parte de las Fuerzas Armadas, sino del sistema de Seguridad Social del país». Aquí, el Mandatario explicó que «en el sector civil al salir una persona del servicio público recibe una compensación de cinco salarios básicos por cada año laborado, así se trate del Presidente de la República o una sencilla secretaria. Pero en el sector militar, el que más gana tiene mayor cesantía, sin que ninguna relación con lo aportado a lo largo de los años, ya que no se trata de cuentas individuales sino de un fondo de reparto».

Respecto al reclamo del Gral. Garzón, Correa aseguró sentir «vergüenza al saber que el rancho de nuestros soldados es de 3 dólares por día. No entiendo cómo han podido pasar estas inconsistencias. Los sueldos más altos de la región, pero apenas 3 para el rancho. Los absurdos que aún comete nuestro gobierno, por lo cual pido disculpas, sobre todo a la tropa». No obstante, expresó su desacuerdo con Garzón y dijo que no se puede considerar a las Fuerzas Armadas como la columna vertebral de la patria, pues eso sería excluyente y e injusto con otros sectores sociales.

Por ello, Correa indicó que serán «mucho más radicales para lograr la equidad. Emitiré los correspondientes Decretos y reformas legales para que estas prácticas discriminatorias queden absolutamente prohibidas. Parte fundamental de esa equidad radical es, además de la gratuidad de las escuelas militares, la absoluta meritocracia. Hoy se toman por separado los exámenes a los jóvenes que quieren entrar a la escuela de oficiales o tropa, respectivamente».

Para Correa, el problema no es el Issfa. «El problema es pretender que es autónomo financieramente, o que crea riqueza. Cuando el 100 % de sus recursos vienen o vinieron directa o indirectamente del Estado», y se preguntó e invitó a los ciudadanos a cuestionarse «¿Por qué el Issfa tenía terrenos originalmente destinados a la Defensa Nacional? Esto tiene que acabar», precisó.