La historia de la lucha obrera de los brasileños tiene un nombre imperdible: Luis Inácio Lula Da Silva. El humilde trabajador metalúrgico, que llegó a convertirse en Presidente de Brasil, y uno de los mandatarios más reconocidos en el mundo, perdió este día a su esposa, Marisa Letícia Rocco.

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El Presidente Rafael Correa envió un mensaje a través de su cuenta personal de Twitter: “Nuestro cariño y abrazo solidario a ese inmenso latinoamericano Lula da Silva, por el fallecimiento de su querida esposa”, escribió el Jefe de Estado.

Lula nació en 1945, en una región pobre del norte de Brasil. Trabajó desde los 8 años como vendedor ambulante, lustrabotas, hasta que se graduó como metalúrgico. Tenía 17 años cuando perdió un dedo de la mano izquierda en un accidente de trabajo y 18 cuando llegó el golpe militar que instauró la sangrienta dictadura brasileña, contra la cual combatió.

La historia de Lula y Marisa Letícia se remonta a los años setenta. Una vez instalado como líder y presidente del Sindicato de Trabajadores metalúrgicos, Marisa Letícia se transforma en quien lo apoya y acompaña durante los duros años de lucha. El 19 de abril de 1980, lo meten preso y pasa 31 días en la cárcel.

Esa fue solo una de las pruebas más que el matrimonio pasaría. Luego de tres intentos, Lula Da Silva llega al poder en Brasil en 2003 y lo dirigió hasta el 2010. Es un tiempo caracterizado por la mejora de las condiciones de vida de la clase obrera y un gran crecimiento de la economía brasileña.

Siempre apoyado en su esposa, tras dejar el poder, Lula se enfrentó a un cáncer de garganta, el cual logró superar. La pareja fue durante años una de las más populares en Brasil, siendo un ejemplo de lucha y compañerismo. “La familia Lula Da Silva agradece todas las manifestaciones de cariño y solidaridad recibidas estos últimos 10 días”, escribió el exmandatario brasileño en su cuenta oficial de Facebook.