“Yo no soy Lenín Moreno… yo acá llegué con Cristina y me voy con Cristina. Llegué con Cristina, con Máximo (Kirchner, hijo de Cristina), con Sergio (Massa) y conmigo y con muchos otros más. No voy a romper esa unidad. Porque cuando se rompió esa unidad llegó (Mauricio) Macri y ya sabemos lo que pasó”, dijo el mandatario argentino, que llegó al poder en diciembre de 2019.
Antes de que llegará a la presidencia habían varias voces en Argentina que hablaban sobre el distanciamiento que habían tenido los dos Fernández en el segundo de los periodos presidenciales de Cristina (2007-2015), tras lo cual Alberto se volvió uno de sus mayores críticos dentro del peronismo.
Ahora dentro del gobierno el sector más cercano a Alberto y el más cercano a Cristina suelen tener discrepancias, pero no se ha visto ningún episodio que puede hacer pensar que habrá una fractura.
Quizá lo que mejor define esta unión fue que la reconciliación se basó un argumento que dijo Alberto cuando se unieron electoralmente: Que Alberto solo no podía (ganar las elecciones) y a Cristina sola no le alcanzaba.
Ambos se unieron para derrotar al entonces presidente Mauricio Macri, quien fue opositor de Cristina previamente. Mientras que Lenín Moreno había ganado las elecciones de 2017 con el apoyo del entonces presidente Rafael Correa -Moreno fue su vicepresidente en seis de los 10 años de su gobierno-. Lo reemplazó en el cargo con un ideario parecido hasta que Moreno dijo que no existía la llamada “mesa servida” que le había prometido Correa, ocasionando una gran división que persiste en la actualidad.
“Soy uno de los fundadores del kirchnerismo, lo acompañé a Néstor (presidente de Argentina entre 2003 y 2007 y esposo de Cristina Fernández hasta su muerte) cuando éramos muy poquitos, y si ‘kirchnerizar’ es romper la voluntad del diálogo no cuenten conmigo, porque voy a seguir buscando el diálogo hasta el último día de mi gestión”, afirmó el primer mandatario.
Nota Original: El Universo – LINK