«Luego del recuento de 1,2 millones de votos, se ratifica triunfo de @35PAIS ¡Gracias, no los defraudaremos! El Ecuador espera paz y trabajo», escribió en su cuenta de Twitter.
Añadió que es «hora de acuerdos por los grandes objetivos nacionales. La democracia está fortalecida, miremos hacia adelante ¡El futuro no se detiene!», subrayó.
El Consejo Nacional Electoral de Ecuador (CNE) declaró ayer al oficialista Moreno presidente electo del país, tras un recuento parcial de más de 1,2 millones de votos del balotaje del 2 de abril, disputada con Guillermo Lasso y que la oposición considera que fue «fraudulenta».
El recuento de 3.865 actas que presentaban supuestas irregularidades y solicitado tanto por el movimiento oficialista Alianza País (AP, de izquierda) como por el opositor Creando Oportunidades (CREO, centroderecha) aumentó a 51,16 % los votantes que eligieron a Moreno frente al 48,84 % que escogió a Lasso.
De esta forma, el pleno del CNE aprobó la resolución por la que declararon «electo en segunda vuelta de las elecciones generales de 2017 (…) al binomio presidencial Lenín Moreno Garcés, Jorge Glas Espinel, auspiciado por el movimiento AP», según leyó anoche su secretario, Fausto Holguín.
Finalmente, Moreno recibió el apoyo de 5.062.018 votantes y Lasso 4.833.389 sufragios, 69.436 votaron en blanco y 670.731 nulo, informó Holguín en una cadena de radio y televisión desde un coliseo en Quito, donde tuvo lugar el recuento parcial, en el que participaron cientos de trabajadores del CNE distribuidos en 177 mesas.
CREO no participó ayer en el recuento por considerarlo un «show correísta» (por el presidente Rafael Correa) y porque defiende que su petición es por un recuento «voto a voto» del total de los sufragios.
Esta solicitud no fue admitida el lunes por el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) al apuntar que pide «acciones incompatibles» legalmente, lo que constituye una causa para no admitirlo, según su reglamento.
Sobre la inadmisión del recurso, Lasso aseguró que el órgano cerró «la puerta a la democracia» con «pretextos procesales para negar la más elemental justicia a los ciudadanos».
«El correísmo ha demostrado con esto que tiene pánico a la verdad. Porque sus jueces no han tenido siquiera el escrúpulo de pronunciarse sobre el fondo de nuestro pedido», argumentó y señaló que el proceso ha quedado «sin legitimidad».