Dentro del proyecto de ley consta que cada 16 de abril se realice un simulacro nacional de desastres, con sede en Manabí y Esmeraldas y que ese día se recuerde a las víctimas mortales del terremoto y se muestre al mundo que en Ecuador los habitantes aprendieron a vivir preparados.
Daniel Mendoza es parte de los damnificados, pues el terremoto arrasó con su casa. “Mi familia decidió quedarse en Manabí y aprender a vivir con el peligro. Pero la lección fue dura y el país debe estar preparado para hacerle frente a los desastres naturales, pues vivimos en una zona de riesgo constante”, aseguró Mendoza.
Tres vulnerabilidades
En el caso de Portoviejo, en la comisión aseguraron que la capital manabita es vulnerable por el tipo de suelo, la falta de preparación de la sociedad y la falta de memoria colectiva. “No es la primera vez que ocurren desastres naturales, pero olvidamos rápido”, insistió el asambleísta Esteban Melo, quien dijo que haría observaciones al proyecto de ley, pero aseguró estar de acuerdo con el espíritu de la normativa, que recoge el criterio de varios asambleístas en el sentido que es necesario estar preparados ante posibles eventualidades.