«Hoy en la península de Corea se ha creado una situación extremadamente peligrosa en la que nadie puede prever cuando se va a quedar fuera de control y a derivar en una guerra total», aseguró el alto funcionario del Ministerio Exteriores de Pyongyang.
Kim culpó a Estados Unidos de las actuales tensiones en la región y aseguró que el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, ha dicho en su visita a Corea del Sur que quiere defender a sus aliados asiáticos, pero en realidad lo que busca es «un ataque preventivo para derrocar al régimen» comunista norcoreano.
El número dos de la Casa Blanca amenazó hoy en Seúl a Corea del Norte con hacer uso de la «determinación» exhibida por el Gobierno de Donald Trump en los recientes ataques en Siria y Afganistán, y señaló que Washington no tolerará nuevos test de armas norcoreanas.
En ese sentido, Kim aseguró que «sería un error esperar que Corea del Norte responda como Siria, que no tomó ninguna medida después de haber sido atacada por EEUU»
«Washington dice que están todos las opciones sobre la mesa. No solo ellos, nosotros también tenemos nuestras propias opciones», declaró el alto funcionario norcoreano.
En relación a la última prueba de misiles realizada por Corea del Norte el pasado domingo, que resultó fallida y que las autoridades de Pyongyang no han confirmado, Kim dijo este tipo de test son parte del programa armamentístico norcoreano.
«La estrategia de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) es llevar a cabo la construcción de armas y el desarrollo económico de manera simultánea. Esos lanzamientos y pruebas nucleares son el proceso normal para hacer frente a estos dos objetivos al mismo tiempo», señaló.
Kim denunció además que las sanciones económicas impuestas por el Consejo de la ONU a Corea del Norte en respuesta sus últimas pruebas nucleares y lanzamientos de misiles son «ilegales» y aseguró que el hecho de que las hayan apoyado sus tradicionales aliados como Rusia y China «no las hacen legales».
«Nunca aceptaremos las sanciones que nos han impuesto. Las rechazamos tajantemente (…). Si las pruebas nucleares son una amenaza para la seguridad mundial, EEUU sería el primero que debería ser sancionado», dijo.