Los pobladores de Calacalí, en el norte de Quito, están preocupados por los niveles de contaminación que generan las empresas ubicadas en la zona industrial cercana a la parroquia rural capitalina.

Por ello, anteanoche organizaron una manifestación para exigir que las autoridades controlen el tema. La protesta recorrió desde la distancia que separa la plaza central del poblado del parque industrial. Durante el trayecto, los calacaleños gritaban consignas en contra de la contaminación, al tiempo que portaban pancartas y banderas en las que exhibían sus peticiones.

Vecinos consultados afirmaron que ya no soportan los fuertes olores derivados de los gases y desechos que emanan las empresas. Aseguraron que la situación causa enfermedades. “Queremos una vida de tranquilidad y aire puro. Es penosa la contaminación”, gritaba una moradora.

Santiago Morales, vocal de la Junta Parroquial, expresó que los principales pedidos son la reducción del 50% de las áreas destinadas a zona industrial, que ahora comprenden 194 hectáreas (ha); cambiar la clasificación de la zona industrial de i4 (alto impacto) a i2; y que haya mayor control de la contaminación.

Adicionalmente, que se establezca una oficina del Municipio o del Ministerio del Medio Ambiente para monitorear la polución. Por otra parte que exista un proyecto de las empresas para su vinculación con la comunidad y que estas contraten mano de obra local.

Otro de los moradores, Roberto Villenas, aseguró que ellos no están en contra de las empresas, pero sí del impacto ambiental y las consecuencias que causa. Recordó que el problema ya tiene 3 años en la zona desde que las empresas comenzaron a establecerse en el sitio, y que en su tiempo la declaración de zona industrial no fue debidamente socializada.

Las autoridades locales de la parroquia manifestaron que ni el Municipio de Quito, ni la Prefectura de Pichincha, ni el Ministerio del Ambiente les presentaron un plan de mitigación y compensación referente al impacto ambiental que causan las cerca de 20 empresas ubicadas en la zona.

Rechazo a línea municipal de buses

La operación de una línea municipal de buses alimentadores generó ayer protestas en el sector La Tola (en el centro-oriente de Quito). Quienes mayoritariamente se oponen a la circulación de las unidades en la ruta San Roque-La Tola son los propietarios de los vehículos que atienden hace años este último sector de Quito, mediante el sistema de taxi-rutas.

Los conductores reclaman que ellos han sido los que han suplido por décadas las deficiencias de cobertura de la línea oficial Tola-Pintado. Exigen que la Alcaldía regularice su operación y retire a la recién creada línea de transportación.