A las 14:28 de este viernes 18 de noviembre de 2016, el féretro del ex Presidente y ex Alcalde de Quito, Sixto Durán Ballén, abandonó la capilla ardiente del Salón de la Ciudad del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, donde fue velado durante tres días.

Agencia de Noticias Quito
Esto, previamente a un acto especial que incluyó algunas intervenciones, así como la ceremonia exequial presidida por monseñor René Coba Galarza, obispo castrense y secretario general de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
Para despedirlo, el Salón de la Ciudad estuvo lleno y muchas personas también coparon los alrededores tanto del Cabildo Capitalino como de la Plaza de la Independencia. El Alcalde de Quito, Mauricio Rodas, junto a su esposa María Fernanda Pacheco también estuvieron presentes acompañando y solidarizándose en estos momentos.
Cuando el féretro, cargado por seis elementos del Cuerpo de Bomberos, Policía Metropolitana y Agentes Metropolitanos de Tránsito, dejó el Palacio Municipal y alcanzó la calle Venezuela, se escuchó la interpretación del Himno A Quito a cargo de la Banda del Cuerpo de Bomberos de Quito.
Luego se dirigió a la mitad de la Plaza de la Independencia donde el sarcófago fue entregado a efectivos de las Fuerzas Armas. En ese instante se vivió un momento muy emotivo y especial con la presencia de integrantes de la Generación de la Victoria del Cenepa y donde uno de ellos ofreció sentidas palabras.
“Aquí yace el hombre que supo que son y para qué sirven los soldados. Los soldados de aire, mar y tierra rendimos los honores de rigor al ex Presidente y en algún lugar del firmamento infinito están los Héroes de la Patria, los Combatientes del Cenepa y se están formando para recibir al embajador que lleva las cartas credenciales de la dignidad y la gratitud de todo el pueblo, para ser presentadas ante el arquitecto del universo”, dijo.
Ahí la Banda de la FAE interpretó el Himno Nacional y seguidamente al son de la marcha fúnebre interpretada por la misma banda y con el grito de los presentes “Ni un paso atrás, ni un paso atrás….” El féretro que fue seguido por su esposa, Josefina Villalobos, familiares, políticos y ciudadanos en general, ingresaron a la Catedral Metropolitana de Quito donde se ofició la misa de cuerpo presente.
Finalmente a las 16:00 fue llevado a su última morada, las criptas de Santa Teresita.