En una rueda de prensa en el Palacio de La Moncloa, Rajoy dijo que aceptó el encargo del rey Felipe VI, quien constató que el candidato tiene los apoyos suficientes para someterse a una moción de confianza en el Congreso de los Diputados.
El máximo dirigente del PP y presidente del Ejecutivo en funciones desde diciembre de 2015 cuenta con el respaldo de 170 de los 350 miembros de la Cámara baja, los 137 de su partido, 32 del centroderechista Ciudadanos y uno de Coalición Canaria.
Pese a que esos avales son insuficientes, el mandatario interino podrá revalidar el cargo luego de que su principal rival, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), acordó el domingo abstenerse para dejarlo gobernar, en una decisión controvertida e inédita.
Para poder ser reelecto, el líder de la derecha española está obligado a obtener en una primera votación, prevista para el próximo jueves, la mayoría absoluta del Congreso, establecida en 176 de sus 350 escaños. De fracasar en ese intento, como es previsible, 48 horas después -el sábado- se someterá a un segundo y definitivo escrutinio, donde apenas requiere más votos a favor que en contra (mayoría simple).
En esa segunda oportunidad es cuando Rajoy necesitará la abstención concedida por el PSOE para perpetuarse en La Moncloa. Se trataría de la primera vez que el Partido Socialista favorece un gobierno del PP desde que en 1977 España recuperó la democracia. Durante estas cuatro décadas, ambas formaciones se alternaron el poder en el llamado bipartidismo español, sistema que quedó fracturado en las dos elecciones generales recientes, celebradas el 20 de diciembre de 2015 y el pasado 26 de junio.
El presidente en funciones agradeció este martes la postura asumida por la principal fuerza de la oposición, con 85 bancas en la Cámara baja. Luego de un tenso cónclave que evidenció la profunda división dentro la centenaria agrupación por este tema, 139 miembros del Comité Federal -máximo órgano del PSOE entre congresos- se pronunciaron el domingo por facilitar otro mandato a Rajoy.
En contra de permitir su permanencia en La Moncloa votaron 96 dirigentes, en línea con la postura defendida por el exlíder de la organización socialdemócrata, Pedro Sánchez, quien por este polémico viraje ideológico dimitió a principios de mes.
Con la resolución adoptada el domingo, los socialistas, dirigidos desde el 1 de octubre por una comisión gestora tras la forzosa renuncia de su secretario general, allanan el camino a Rajoy y evitan que se celebren unas nuevas elecciones, terceras en un año.