La información surgió, en primera instancia, de seis cuadernos y dos anotadores manuscritos en los que supuestamente Óscar Centeno, exchofer de un importante funcionario, dejó registro de los movimientos de dinero por más de una década.
Según la Fiscalía, se habrían movido “unos 160 millones de dólares en efectivo” en bolsos, de sobornos que empresarios entregaban a cambio de contratos de obras públicas.
La expresidenta (2007-2015) y actual senadora Kirchner fue citada a indagatoria el próximo 13 de agosto por el juez Claudio Bonadio, aunque no se especificó si en calidad de testigo o de imputada. Su domicilio en la capital argentina está señalado como destino de una de las supuestas entregas de dinero.
“La hipótesis que se investiga es la de asociación ilícita”, comentó el fiscal de la causa, Carlos Stornelli.
Entre los detenidos, figuran Roberto Baratta –del que era chofer Centeno y quien supuestamente se encargaba de los pagos–, exsecretario de coordinación del exministro de Planificación Federal Julio De Vido –preso por otra caso–.
También fueron arrestados los empresarios Gerardo Ferreyra, de la constructora Electroingeniería, y Javier Sánchez Caballero, exgerente general de Iecsa, la constructora que pertenecía a Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri, y que provenía del grupo Socma (Sociedad Macri).