El levantamiento de las sanciones occidentales a Irán, vigentes desde 2012, y su consiguiente regreso completo al mercado petrolero, podría hacer caer todavía más los precios del petróleo, aunque los analistas no pronostican un derrumbe.

Teherán y las potencias occidentales alcanzaron en julio de 2015 un acuerdo que entró en vigor el sábado y que prevé que Irán limite su programa nuclear a cambio de que se levanten las sanciones, que afectaban sobre todo al sector petrolero.

Incluso con un levantamiento de las sanciones, Irán va a necesitar tiempo para recuperar por completo su capacidad de producción, pero en cualquier caso, el regreso de las exportaciones de crudo de Irán no es una buena noticia para un mercado, que ya está inundado con un exceso de oferta.

Sobre todo porque Irán ha insistido en los últimos meses en que no está dispuesto a hacer ninguna concesión sobre su producción y que pondrá en el mercado unos 500.000 barriles adicionales por día y que llegará al millón de barriles adicionales a finales de 2016.

Los analistas creen que estas cifras son creíbles, porque Irán producía alrededor de 4 millones de barriles por día antes de la introducción de las sanciones occidentales, y porque ahora mismo está ya produciendo 3 millones (vendidos a países que no observan las sanciones occidentales).

«Creo que Irán podría fácilmente aumentar su producción de petróleo en 500.000 barriles por día al principio, pero la cuestión es si será capaz de vender su producción adicional», comentó Fawad Razaqzada, analista de Forex.com.

Otros observadores también señalaron el mal estado de las instalaciones petroleras del país añade una cuota de incertidumbre con respecto al ritmo al que Irán será capaz de volver al mercado del petróleo.

«El aparato productivo ha envejecido por las sanciones. Hay una importante necesidad de renovar y así atraer la inversión extranjera», dijo Christopher Dembik, analista de Saxo Bank.

No habrá una respuesta abrumadora

Aunque los mercados no saben todavía la cuantía exacta que tendrán las exportaciones iraníes, ya las han ido teniendo en cuenta a la hora de hacer los negocios y el precio del crudo cayó más de 30% en 2015 y un 20% adicional desde el comienzo del año, por culpa del exceso de oferta.

«Si Irán alcanza su objetivo, la situación del mercado del petróleo no cambiará sustancialmente», observó Dembik.

«Probablemente no vamos a ver una reacción abrumadora» de los precios, asintió Razaqzada, estimando que el impacto pleno del regreso iraní se sentirá cuando los inversores sepan bien cuánto petróleo está produciendo y cuál es la reacción de los productores competidores, especialmente dentro de la Organización de Países

Exportadores de Petróleo (OPEP), en la que Teherán fue el segundo mayor productor en 2012.

«¿La OPEP va a responder a esta oferta adicional mediante la reducción de su producción? Tengo serias dudas sobre esto, sobre todo por las crecientes tensiones entre Irán y Arabia Saudita», el gran peso pesado del cártel, comentó el analista.

De hecho, la mayoría de los observadores creen que la reciente escalada de tensión entre Riad y Teherán podría poner en peligro aún más las posibilidades de que los países miembros del cártel se pongan de acuerdo para limitar su producción. Arabia Saudita, que contribuye con 10,4 millones de barriles por día al suministro de crudo del mundo, está más decidido que nunca a no conceder ningún terreno a su rival.

«Irán va a vender su petróleo más barato para atraer a nuevos clientes y esto podría dar el pistoletazo de salida a una nueva guerra de precios con otros miembros de la OPEP», concluyó Razaqzada.