El Comité Nacional Republicano (RNC, en inglés) presentó hoy dos demandas que pretenden obligar al Departamento de Estado a publicar algunas de las comunicaciones de Hillary Clinton cuando fue su titular, así como aquellas que haya mantenido con sus funcionarios tras abandonar el cargo.

Según informó el RNC en un comunicado, las demandas se presentaron bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA, en inglés) después de que el Departamento de Estado no haya divulgado dichos registros cuya publicación se solicitó previamente en octubre y diciembre del año pasado bajo el amparo de la misma legislación.

«La Administración de (el presidente Barack) Obama no ha cumplido con las solicitudes de los registros de manera oportuna como lo requiere la ley», dijo el presidente del RNC, Reince Priebus.

«Durante mucho tiempo, el Departamento de Estado ha socavado el derecho legítimo de los ciudadanos y los medios de comunicación (a acceder) a esos registros bajo la Ley de Libertad de Información, y es hora de que cumpla con la ley, si este Gobierno pretende ser el ‘más transparente en la historia’, y Clinton la ‘persona más transparente en la vida pública'», agregó.

Con la primera demanda, los republicanos pretenden que se hagan públicas las comunicaciones que Clinton, jefa de la diplomacia de EE.UU. de 2009 a 2013, mantuvo a través de mensajes de texto o chat desde su teléfono celular vinculado a sus labores de Gobierno, así como otros correos electrónicos intercambiados con «altos colaboradores».

Estos son la exjefa de personal Cheryl Mills; el exdirector de Planificación de Políticas Jake Sullivan; el exsubsecretario de Administración, Patrick Kennedy; y el exempleado de tecnología de la información Bryan Pagliano, a quien la semana pasada se le concedió inmunidad por su cooperación con la investigación del FBI en el servidor de Clinton.

La segunda demanda busca sacar a la luz las comunicaciones entre altos funcionarios del Departamento de Estado y la campaña de Clinton, así como otras entidades vinculadas a su candidatura presidencial, principalmente después de acabar su periodo como secretaria de Estado.

Sendas demandas siguen los pasos de la polémica por los correos electrónicos de la también ex primera dama que se desató a comienzos de 2015, cuando los medios estadounidenses revelaron que, durante sus cuatro años en el Departamento de Estado, Clinton usó en todo momento una cuenta personal para sus comunicaciones, con un servidor privado.

Clinton reconoció entonces que habría sido «más inteligente» usar una cuenta oficial y entregó 55.000 páginas de correos electrónicos de esa etapa al Departamento de Estado para su publicación, pero el caso generó interrogantes sobre si trató indebidamente información clasificada del Gobierno al usar su cuenta personal.

Hasta ahora, el Departamento de Estado ha identificado más de 1.800 correos electrónicos del servidor de Clinton que contienen información confidencial, aunque ha asegurado que muchos de ellos no se consideraron clasificados en el momento de su envío, sino que han sido etiquetados como tal durante la revisión actual.

A finales del mes pasado se procedió a la publicación de la última tanda de dichos correos, aunque el caso aún colea, ya que hay una investigación abierta al respecto por parte del Buró Federal de Investigaciones (FBI).

Preguntado hoy por la demanda, el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, dijo que no podía comentar sobre «asuntos que están bajo litigio».

«Estamos al tanto» de la demanda, se limitó a indicar Kirby durante su conferencia de prensa diaria.

No obstante, defendió que el Departamento de Estado ha «demostrado» con su publicación de los correos de Clinton que «se toma en serio las órdenes judiciales» y que, pese a los retrasos, ha sido «abierto y honesto sobre por qué tenía dificultades para cumplir» con las fechas marcadas por el tribunal.