La mujer, de 36 años, fue encerrada en una habitación de una casa rural en Uruburetama, municipio del estado de Ceará (noreste de Brasil) a unos 120 kilómetros de Fortaleza, la capital regional, después de quedar embarazada de un hombre tras finalizar una relación sentimental, algo a lo que su familia se opuso.
El bebé de la mujer, que nació en situación de cautiverio, fue entregado a otra familia.
Una denuncia anónima permitió a la policía llegar hasta el local de cautiverio el pasado 9 de marzo, aunque el caso apenas fue divulgado ahora.
El comisario de la Policía Civil Harley Filho, responsable por el caso, aseguró que la familia de la mujer decidió privarla de su libertad para evitar que tuviera otro hijo.
«En la época, ella estudiaba. Conoció un chico y cuando terminó, según los familiares, presentó un déficit mental. Esto se fue agravando y, en este intervalo, quedó embarazada de otro hombre. Por vergüenza, el padre optó por encerrarla. Dio a luz y el hijo fue entregado a terceros», explicó el comisario.
Filho resaltó que la mujer estaba aislada y que era imposible que escapara de su cautiverio.
«Hicimos diligencias y encontramos el terreno. Para entrar, había dos candados. Los rompimos y vimos tres casas en el terreno. Estaba en una de ellas. Rompimos cuatro candados, en total, para entrar. Es un área de difícil acceso, por donde el auto no pasa. Por mucho que gritara, nadie la escucharía», dijo el comisario.
El hermano de la víctima, de 48 años, era el responsable de sus cuidados y le entregaba dos raciones al día de comida, una a las 10 de la mañana y otra entre las 15 y las 16 horas.
El cuarto en el que estaba retenida la mujer tenía apenas una hamaca y un trapo usado como sábana, no había baño ni electricidad y la única luz entraba por una pequeña ventana que tenía un candado para que no fuera abierta.
«Era un cuarto tres por tres, con apenas una hamaca. Estaba muy sucio, húmedo, con el techo próximo a caer y ella estaba muy sucia. Corrió abriendo los brazos a los agentes cuando nos vio», agregó el comisario.
«El olor a excrementos y orina dominaba el local», explicó Filho, quien dijo que la mujer era mantenida desnuda.
La víctima, que estaba muy delgada, fue trasladada a un hospital y posteriormente a casa de una familia, donde está recuperando el peso y el habla, que perdió tras 16 años retenida.
«Habla con dificultad, pero está empezando a escribir. Antes, hacía solamente algunos dibujos sin nexo», contó el policía.
El hijo, hoy con 16 años de edad, fue localizado por la policía: «Ya sabe lo ocurrido. Estamos dando un tiempo para que se acostumbre con la situación y que ella mejore. Tendremos mucha cautela con relación a un posible reencuentro», dijo Filho, quien prefiere ir «con calma para no generar más traumas».
El hermano de la mujer está acusado de cárcel privada y malos tratos y se enfrenta a una pena de hasta ocho años de prisión.
Por su parte, los padres se encuentran con una salud muy debilitada. El padre tuvo más de un derrame cerebral y la madre, que no estaba de acuerdo con el cautiverio de la hija, desarrolló problemas psicológicos y vivía inerte en una cama, sin hablar con el marido.
«Ella prácticamente vive en el mismo estado de penuria de la hija», comentó Filho sobre la madre, y agregó que «no ayudaba, no lo aceptaba, pero convivía con ello».
El padre será acusado por malos tratos y cárcel privada, pero debido a su edad y condiciones físicas, la policía no pedirá su prisión, algo que deberá decidir la Justicia.