En la ceremonia de clausura se rindió homenaje al patrimonio cultural y artístico de Brasil. El Cristo Redentor, el Pan de Azúcar y los anillos olímpicos fueron honrados durante la alegre despedida.
También hubo un enfoque sobre la «saudade», palabra traducida libremente como nostalgia, que se cree que solo existen en el idioma portugués.
«Soy el hombre más feliz del mundo», dijo Carlos Nuzman, presidente del comité organizador de Río 2016, durante la ceremonia de clausura.
«Somos únicos», añadió. «Río ha hecho historia… buena suerte a Tokio 2020».
«Estos Juegos Olímpicos están dejando un legado único para las generaciones venideras», agregó el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach.
«La historia hablará sobre el ‘Río de Janeiro de antes» y el «mucho mejor Río de Janeiro de después de los Juegos».
«Declaro los Juegos de 2016 terminados», agregó. «Hago un llamado a la juventud del mundo a reunirse en Tokio, Japón, en la 32ª Olimpiada. ¡Bye, bye Río!»
El período de la noche dedicado a la celebración de los próximos Juegos de Tokio amenazó con robar el show, con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, llegando al centro del escenario con la gorra del icónico personaje de videojuegos Super Mario.
Por encima de todo, fue una noche para celebrar. A pesar de las preocupaciones en torno a la seguridad y el virus del Zika, los Juegos se desarrollaron en gran medida sin ningún problema.
El ambiente festivo solamente fue ensombrecido por los varios asientos vacíos, con una ocupación del estadio aparentemente muy por debajo de su capacidad para 70.000 personas.