Dejando por un momento de lado el ámbito futbolístico, el cuadro argentino entregó leche en polvo, pañales, juguetes, ropa deportiva e ibuprofeno a los niños que están asilados en el hospital pediátrico Baca Ortiz de Quito. El conjunto ‘millonario’ enfrentará esta tarde (17:30) a Independiente por la segunda ronda de la Copa Libertadores.
“Cuando nos enteramos que debíamos viajar a Quito para jugar con Independiente y lo del terremoto de inmediato pusimos en funcionamiento a la fundación para tratar de ayudar en algo, pero no solo con las cosas, sino también intentar sacar una sonrisa a los niños y a los padres en este momento tan difícil”, mencionó el titular del club gaucho, Rodolfo D’Onofrio.
Las sonrisas se dibujaban en los rostros de los niños que estuvieron presentes en el auditorio del hospital al ver esta ayuda entregada por el elenco de la ‘banda sangre’, la misma que servirá para paliar en algo las heridas que dejó el movimiento telúrico.
Durante su intervención, la gerente de la casa de salud, Catalina Vázquez, agradeció la ayuda de los actuales campeones de la Copa Libertadores, quienes jugarán hoy desde las 17:30 locales (22:30 GMT) contra Independiente en el estadio Olímpico Atahualpa por la segunda fase del torneo continental.
“Hoy Ecuador se enfrenta a Argentina, pero eso no quiere decir que River Plate no se haya ganado el afecto y cariño de los ecuatorianos. Les agradecemos muchísimo por esta visita y por esta atención especial a nuestros niños”, señaló Vázquez, quien además recibió una camiseta del equipo autografiada por todos los jugadores.
De acuerdo con la gerente del hospital Baca Ortiz fueron atendidos 71 niños que llegaron con diferentes dolencias desde las zonas afectadas por el terremoto, pero actualmente se tiene internados a 30 infantes.
El compromiso entre ecuatorianos y argentinos se cumplirá en un estadio Atahualpa completamente lleno, dado que la dirigencia del cuadro local decidió donar el total de la recaudación del partido a los damnificados por el movimiento telúrico y la respuesta de los aficionados fue tal que las entradas se agotaron un día antes del partido.