Rivera cerró su estadía en el país caribeño después de haber intentado visitar en la cárcel de Ramo Verde, cercana a Caracas, al dirigente opositor preso Leopoldo López, condenado a casi 14 años de prisión por la violencia de una marcha antigubernamental.
Las autoridades le impidieron hoy el ingreso a la prisión militar cuando, en compañía de Lilian Tintori, esposa de López, intentara ver al opositor con el que solo logró intercambiar algunas palabras vía telefónica el día de ayer.
«A Leopoldo López se le está aislando porque solo pueden ir sus familiares en unas condiciones determinadas y en este caso siendo cargo público de un país o perteneciendo a cualquier otra institución no podemos visitarle», dijo Rivera desde las puertas de la cárcel.
Lo vivido hoy en Ramo Verde fue la misma situación por la que pasó ayer Rivera que intentó, sin éxito, visitar al alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, y al exalcalde de San Cristóbal (oeste) Daniel Ceballos, quienes cumplen arresto domiciliario en sus casas ubicadas en el este de Caracas.
Más temprano Rivera dijo que «es peor la situación de lo que pensaba» en Venezuela y señaló que se va «preocupado» por la crisis humanitaria.
El político español pudo conversar esta última jornada con familiares de políticos presos que le contaron sobre las condiciones de salud de sus parientes, y también con dolientes de fallecidos en escenarios de represión de protestas.
En ese evento señaló que en las «intensas» y «emotivas» 40 horas que llevaba en Venezuela también ha podido ver «dolor» y «esperanza».
«Lo que voy a intentar como presidente de un partido político en España es que mis compatriotas sepan lo que pasa en este país», dijo Rivera a periodistas.
También comentó que pudo conversar ayer con el líder opositor venezolano Henrique Capriles de quien percibió mucha «fuerza y ganas», mientras que el político del país caribeño dijo que hablaron sobre el «sistema corrupto» que supuestamente maneja el Gobierno de Venezuela.
La visita de Rivera se da en un momento en el que tanto los opositores como el Gobierno chavista han expresado su «voluntad» para un diálogo promovido, entre otros, por el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, unas conversaciones que aún no se han acordado y en las que el presidente de Ciudadanos se mostró desconfiado.
El político aseguró que aunque «parece que sea la oposición que no quiere diálogo, el que no quiere dialogar en Venezuela es el Gobierno, que quiere expulsar incluso a los diputados que venimos a buscar ayudas y soluciones», dijo.
Indicó que si el Gobierno quiere «permitir al pueblo venezolano que escoja el futuro y establecer un mecanismo de diálogo y que la comunidad internacional pueda echar un cable, pueda ayudar, pueda arrimar el hombro, entonces sí».
Pero, dijo, «si simplemente quieren ganar tiempo, que no cuenten con nosotros».
Rivera, que no fue recibido por ningún funcionario del Ejecutivo, desestimó los calificativos de las autoridades que se refieren a él como un «oligarca», terminó usado por el chavismo para referirse a sus opositores, y que el presidente de Ciudadanos consideró «obsoleto».
En este contexto, Rivera respondió a las críticas hechas en el marco de su visita asegurando que no vino «a hacer polémica», y que el enemigo del país suramericano no es la «oligarquía», «el enemigo de Venezuela es el hambre», dijo.
Rivera también dijo que quien quiera imponer a España un modelo económico y político como el venezolano lo va a tener «enfrente», un comentario que hizo al salir al paso a los comentarios del líder del también español Podemos (izquierda) Pablo Iglesias.
«Si alguien me quiere convencer de que el modelo económico y político que aplaude Pablo Iglesias es el futuro de España me va a tener enfrente», señaló.
Al ser consultado acerca de su opinión sobre las recientes declaraciones de Iglesias que ha dicho que Rivera está haciendo campaña política en Venezuela y desde allí busca votos, el político español respondió: «Ellos (Podemos) vinieron a buscar dinero y nosotros hemos venido a ayudar».