El gobierno entregó 600 mil litros de agua a Esmeraldas tras el derrame de petróleo ocurrido el pasado jueves 13 de marzo de 2025. En Notimundo A La Carta, Roberto Aspiazu, presidente de la Cámara de Energía de Ecuador, explicó que este desastre ha superado las previsiones iniciales, afectando no solo a la economía, sino también al ecosistema y a la salud.

Créditos: Ministerio del Ambiente

Roberto Aspiazu, presidente de la Cámara de Energía de Ecuador, también destacó que la tubería del oleoducto no cuenta con un sistema automático de cierre de válvulas, lo que podría haber reducido el impacto del derrame. Explicó que la magnitud del derrame fue mayor de lo previsto, alcanzando alrededor de 29,000 barriles, lo que ha llevado a una respuesta de emergencia por parte de las autoridades y de Petroecuador. Destacó que la pérdida de esos barriles representa un golpe considerable para la economía local y nacional, afectando las proyecciones de ingresos por exportaciones.

Azpiazu mencionó que Petroecuador cuenta con un seguro que debe cubrir los daños ambientales y proporcionar apoyo a las comunidades afectadas, asegurando que reciban una compensación adecuada por las pérdidas sufridas.

Asimismo, precisó que deben adoptarse medidas preventivas para evitar que este tipo de incidentes se repitan. Entre las recomendaciones, mencionó la necesidad de enterrar las tuberías en zonas de riesgo para prevenir derrumbes y otros incidentes similares en el futuro. Además, subrayó la importancia de implementar tecnología moderna para el monitoreo y la respuesta a emergencias, lo cual es crucial para prevenir futuros derrames y mejorar la seguridad operativa del oleoducto.

Azpiazu también subrayó que la infraestructura de Petroecuador es obsoleta, con un alto porcentaje de equipos en mal estado, lo que aumenta el riesgo de incidentes como el derrame reciente. Aseguró que se requiere una inversión urgente en mantenimiento y modernización para garantizar la seguridad y eficiencia operativa a largo plazo.

Finalmente, advirtió que el derrame de petróleo en Esmeraldas es un recordatorio alarmante de la fragilidad de la infraestructura en Ecuador. Agregó que es fundamental implementar medidas preventivas y de respuesta efectivas para evitar futuros desastres.

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