«En una acción muy bien planeada, quirúrgica, por parte de un cuerpo elite de la Armada, con inteligencia de la Policía y con la ayuda táctica y estratégica de las demás fuerzas, fue dado de baja el número dos del Clan del Golfo», dijo Santos en una declaración en la Casa de Nariño.
Acompañado de los comandantes de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, así como del ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, el mandatario indicó que el ataque al campamento de Vargas, que hace parte de la Operación Agamenón II, se hizo este jueves 31 de agosto en Puerto Plata, zona rural del municipio de Turbo, en el departamento de Antioquia (noroeste).
En mayo pasado, la Policía relanzó Agamenón II, estrategia militar que incluye recompensas de hasta por USD 5 millones de por informaciones que lleven a la captura de los máximos jefes del Clan del Golfo, entre ellos su cabecilla, Dairo Antonio Úsuga David, alias «Otoniel».
El Clan del Golfo, dedicado principalmente al narcotráfico y la extorsión, es una de las organizaciones criminales más peligrosas del país y se le considera la mayor amenaza para la paz tras la firma del acuerdo con las FARC.
Por ello, Santos reiteró hoy que dicha banda «es una de las organizaciones prioritarias en la acción de nuestras fuerzas» y definió al Clan del Golfo como «tal vez la organización criminal más poderosa que estamos confrontando ya desde hace algún tiempo». Además, precisó que alias «Gavilán», por quien las autoridades ofrecían una recompensa de 500 millones de pesos (USD unos 169 000), era «uno de los objetivos de altísimo valor» para el Gobierno.
Sobre la operación de este jueves, el Ministerio de Defensa explicó en un comunicado que los comandos «tenían información previa que señalaba que el cabecilla, tras ver el partido de fútbol de la selección colombiana contra Venezuela, se desplazaría en una lancha por la ciénaga de Tumaradó hacia una cabaña, donde pernoctaría».
El ministerio agregó que «tal y como lo habían revelado los informantes, a quienes se les pagará la recompensa (…) el capo arribó al sitio, donde finalmente fue abatido».
Según las autoridades, Vargas Gutiérrez tenían un prontuario criminal de más de 20 años y 22 órdenes de captura vigentes por los delitos de homicidio, concierto para delinquir, narcotráfico y desplazamiento forzado.
Inicialmente fue guerrillero del Ejército Popular de Liberación (EPL) y tras la desmovilización de ese grupo, en los años 90, se sumó a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), de las cuales salió en 2005.
Posteriormente retornó al narcotráfico hasta convertirse en el principal socio de «Otoniel», quien también hizo el mismo recorrido por el EPL y las AUC y finalmente formó la banda criminal. Alias «Gavilán» lideraba las operaciones de tráfico de droga hacia Centroamérica y fue quien ordenó el año pasado el llamado «Plan Pistola» para asesinar a policías como represalia por los golpes dados al clan.
La Operación Agamenón II, cuya primera fase comenzó en febrero de 2015, arroja hasta el momento 1 503 capturas, 70 cabecillas muertos, 97,9 toneladas de cocaína incautadas, 91 laboratorios destruidos y 676 bienes ocupados por un valor de más de USD 148 millones.
Santos enfatizó que con estas operaciones «se sigue debilitando al Clan del Golfo» y reiteró que hay que «perseverar» para «combatir cualquier expresión de violencia».
«No hay capo, por más poderoso que se sienta, que no haya caído cuando las Fuerzas Armadas los han puesto como objetivo de gran valor, y seguirán cayendo. Por eso, al Clan del Golfo le digo que se sometan a la justicia o todos irán cayendo uno tras uno», puntualizó.
Fuente: El Comercio