Solo los análisis de los registradores de vuelo permitirán conocer las causas del siniestro del Airbus A320 de EgyptAir, que se estrelló el 19 de mayo entre la isla de Creta y la costa norte de Egipto con 66 personas a bordo, después de haber desaparecido de manera repentina de los radares.
El Laplace, un navío de la Marina Francesa que llegó el martes a la zona del accidente para participar en la búsqueda, detectó la «señal de una baliza de una caja negra», indicó la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) francesa, después de un previo anuncio parecido pero más prudente de las autoridades egipcias.
El buque francés está equipado con tres aparatos sumergibles (Detector-6000) de la empresa francesa Alseamar, capaces de captar señales de cajas negras hasta 4.000 y 5.000 metros de profundidad. «El hallazgo de esta señal es un primer paso», señaló el director del BEA, Rémi Jouty, en un comunicado.
Su localización ha sido posible «a partir del análisis de datos de radar disponibles y de la señal de emergencia de la baliza que han permitido definir una zona de búsqueda prioritaria y los medios necesarios.
Este trabajo ha sido efectuado en estrecha colaboración con las autoridades egipcias», añadió Jouty. El ministro de Aviación Civil egipcio advirtió que habrá que esperar una semana antes de la llegada de otro barco con el equipo adecuado para sacar a la superficie la o las cajas negras.
Un buque de la empresa Deep Ocean Search (DOS), el John Lethbridge, equipado con un robot que permite repescar las cajas negras, llegará a la zona del siniestro el 10 de junio.