Tillerson llegó hoy a Ciudad de México a bordo de una aeronave oficial al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde fue recibido por la embajadora de EE.UU., Roberta Jacobson, y el director general para América del Norte de la cancillería mexicana, Mauricio Ibarra.
Tillerson y Kelly -quien llegó más tarde a México procedente de Guatemala- asistieron esta noche a una cena con los secretarios mexicanos de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray; de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, y de Marina, almirante Vidal Francisco Soberón.
Mañana tienen previsto reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto y otros miembros de su gabinete.
EEUU ve la visita como un paso más para estabilizar la relación tras la cancelación el mes pasado de una visita de Peña Nieto a la capital estadounidense a raíz de la decisión del presidente Trump de firmar un decreto para construir un muro en la frontera y su insistencia en que su coste sea «reembolsado al 100 %» por México.
«Este viaje está centrado en forjar una relación constructiva en la que trabajemos en nuestros intereses comunes de seguridad y migración, así como en los temas económicos. Se trata de mirar hacia adelante. El muro es solo una parte de la relación que tenemos», explicó un alto funcionario estadounidense, que pidió el anonimato.
En una llamada telefónica el mes pasado, Trump y Peña Nieto pactaron no hablar públicamente sobre la financiación del muro. Por eso, el Gobierno estadounidense ha evitado referirse a las pláticas que al respecto puedan darse durante la visita, limitándose a destacar la «ambiciosa agenda» de Tillerson y Kelly en México.
«La visita se centrará en temas de seguridad -específicamente las drogas, los grupos criminales y la cooperación contra el terrorismo- y la inmigración, con el objetivo de reducir drásticamente la migración irregular a Estados Unidos», dijo la fuente estadounidense en una conferencia de prensa telefónica.
Tillerson y Kelly también abordarán asuntos económicos y «los temas fronterizos que afectan directamente las vidas diarias de los estadounidenses», además de «la cooperación ante retos regionales y globales» en foros internacionales, según la fuente.
Además, Kelly explicará a los líderes mexicanos el contenido de las órdenes ejecutivas de Trump y «cómo las está implementando» el Departamento de Seguridad Nacional, según explicó otro funcionario estadounidense en la misma conferencia telefónica.
Esa agencia publicó este lunes nuevas directrices para reforzar el control migratorio en EE.UU., que incluyen acelerar la deportación de inmigrantes indocumentados y contratar 15.000 nuevos agentes.
La visita a México forma parte de un «proceso» gradual para reforzar la relación bilateral, según las fuentes estadounidenses, que no quisieron «especular» sobre la posibilidad de que se reprograme pronto un encuentro en persona entre Trump y Peña Nieto.
El canciller mexicano, Luis Videgaray, dijo hoy que el tema migratorio será «inevitablemente y por convicción el primer punto en la agenda» con los secretarios estadounidenses, tras asegurar que «el Gobierno de México y el pueblo de México no tienen por qué aceptar disposiciones que de manera unilateral un Gobierno le quiera imponer a otro».
Además, afirmó que México «no dudará en recurrir a las Naciones Unidas o a cualquier otro organismo internacional para seguir defendiendo los derechos» de los mexicanos.
Por su parte, los senadores del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) dijeron hoy que Tillerson y Kelly «no son bienvenidos» en México porque representan un Gobierno hostil.
«No podemos dar la bienvenida a los representantes de un Gobierno que ha amenazado nuestra soberanía declarando que podría enviar tropas norteamericanas a nuestro país y porque representa un peligro para la paz mundial y la convivencia de las naciones», dijo el coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa.
Barbosa aludió así, en nombre de sus compañeros de bancada, a las supuestas amenazas de Trump de enviar tropas a México para combatir el crimen organizado, presuntamente hechas durante una conversación telefónica con Peña Nieto.
A su vez, el coordinador de los senadores del conservador Partido Acción Nacional (PAN), Fernando Herrera, calificó de «inaceptable» que un Gobierno «pretenda someter y obstaculizar el derecho soberano de nuestras naciones a crecer y desarrollarse», en alusión a las políticas de Trump.