La caída de los precios del petróleo ha sido un factor determinante para el debilitamiento de las economías de la región.

El desplome, en los últimos 18 meses, es superior al 50% motivado por el exceso de oferta y una débil demanda, la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo –OPEP- de mantener la producción  (30 millones de barriles diarios), la preocupación respecto a una interrupción del suministro por causas geopolíticas, y la apreciación del dólar estadounidense.

Estos factores han impactado fuertemente en las economías de los países productores del hidrocarburo como Ecuador, cuya situación se ve agravada por la apreciación del dólar, moneda de curso legal en el país, que encarece las exportaciones.

Aun así, el Ecuador ha salido adelante con acciones creativas, como ha señalado el mandatario Rafael Correa, y que destacaron instituciones como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que ubicó al país como un ejemplo de manejo económico, destacando los niveles de inversión pública que apalancan el crecimiento.

Salvaguardias, paliativo para una economía dolarizada

La falta de una moneda propia ha impedido al Ecuador tomar medidas como las adoptadas por sus países vecinos que buscaron recuperar competitividad mediante la devaluación de sus monedas nacionales.  Colombia, por ejemplo, devaluó su moneda hasta en un 60%.

La medida de Colombia golpeó con fuerza el comercio en la frontera común, particularmente a la provincia del Carchi.

A diferencia de Colombia o Perú, que pueden devaluar sus monedas, Ecuador depende del ingreso de dólares para mantener su estabilidad monetaria y, para impedir una fuga de divisas, es por eso que, como una medida paliativa, en marzo, el Ejecutivo fijó aranceles para el 32% del total de importaciones, unas 2.964 partidas arancelarias entre las que se encuentran textiles, artículos electrónicos, juguetes, cárnicos, alimentos procesados, materiales de construcción, maquinaria, adornos navideños, y otra serie de ítems agrupados en bienes de consumo, bienes de capital y materia prima.

Las salvaguardias, que en siete meses permitieron una recaudación de 652 millones de dólares, regirán hasta junio de 2016 pero empezarán a desmontarse de acuerdo con un cronograma que inicia en enero.

El mandatario Rafael Corea ha insistido en varias ocasiones que mantendrá la dolarización sin dejar de cuestionar la decisión adoptada en el año 2000 tras la peor crisis financiera registrada en el país andino.

«Hemos dicho que se mantendrá la dolarización, pero (también) estamos diciendo claramente la barbaridad técnica, incluso en cuanto soberanía, que fue la adopción de la dolarización. Hoy estamos sufriendo las consecuencias por carecer de tipo de cambio», señaló el mandatario en agosto pasado.

Crecimiento económico a pesar de las adversidades

Pese al escenario actual, el Gobierno ecuatoriano ha defendido una política económica que, aunque ha recibido cuestionamientos de sectores de la oposición, fue elogiada por organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina (Cepal) que ubicó a la gestión como “un ejemplo de gobernanza de los recursos”, en referencia a las millonaria inversión pública realizada en los últimos ochos años con recursos petroleros, principalmente, en sectores estratégicos con una tasa de retorno superior al 40%.

El país andino puso en marcha la construcción de 8 hidroeléctricas que entrarán en funcionamiento en 2016, que duplican la capacidad eléctrica y generarán ahorros superiores a los 2.000 millones de dólares anuales.

Para el siguiente año el país apunta a promover alianzas público privadas para mantener la inversión en sectores estratégicos. El Catálogo de Inversiones asciende a 37 mil millones de dólaren

Para los próximos tres años, el Gobierno prevé ejecutar bajo esta modalidad 576 millones de dólares en infraestructura portuaria, 1,737 millones en vialidad y $ 831 millones en vivienda social.
Adicionalmente aplicó la amnistía tributaria como incentivos para los sectores empresariales, la optimización de la recaudación de impuestos  y la diversificación de las fuentes de financiamiento, lo que ha permitido que pese a la desaceleración, la economía ecuatoriana registre un leve crecimiento del  0,4% según estimaciones del Banco Central del Ecuador que coinciden con la Cepal.

“Pese a este año tan duro la pobreza sigue disminuyendo porque  ahora la educación es gratuita, la salud es gratuita y hay una serie de servicios públicos que protegen a las poblaciones más vulnerables de estas dificultades económicas”, puntualizó el jefe de Estado.