Sin servicio de trenes, metro, autobuses ni vuelos, los organizadores calculan que al menos un millón de trabajadores adherirá a la huelga y que en el país no se moverá una hoja.
Aunque la convocatoria de la Confederación General de Trabajadores (CGT) se limita a un paro de actividades, sin manifestaciones, sectores más radicales realizan cortes en los accesos a la ciudad de Buenos Aires con movilizaciones.
Hacia las 07H00 locales (10H00 GMT), grupos de activistas comenzaron a cerrar las principales avenidas de entrada a Buenos Aires, donde fueron desplegados cientos de agentes de la gendarmería. A esa hora, la mayor parte de las calles de la capital lucía desierta, sin actividades en las escuelas.
Con un malestar creciente por la situación económica, que empujó al gobierno a hacer un acuerdo con el FMI, esta será la ocasión de medir la capacidad de resistencia sindical.
“La huelga es contra el programa económico, para que se abandone esta línea de ajuste permanente. El FMI siempre ha traído penurias a los argentinos”, dijo a la AFP Juan Carlos Schmid, dirigente de la Confederación General de Trabajadores (CGT).
Como propuesta concreta, los sindicatos plantean que se reabra la negociación de ajustes salariales de este año, para que se alineen a la proyección de inflación, calculada ahora por el Banco Central en 27%.