El presidente de Brasil, Michel Temer, admitió este miércoles, 7 de junio, que en 2011 viajó junto a su familia en un avión particular del empresario Joesley Batista, dueño de la multinacional cárnica JBS y que lo acusa de corrupción, aunque dijo que desconocía de quien era la aeronave.

Andes

Un día después de que la Presidencia lo negara y de que alegara que en la agenda oficial no consta en esa fecha ningún viaje del entonces vicepresidente de Brasil, el jefe de Estado admitió este miércoles que el 12 de enero de 2011 viajó al estado de Bahía (noreste) junto con su familia en un avión particular.

La Presidencia brasileña alegó igualmente la víspera que Temer hizo un viaje a Bahía por la época, pero que lo realizó en un avión de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), algo que también quedó desmentido.

«El entonces vicepresidente Michel Temer utilizó una aeronave particular el día 12 de enero de 2011 para llevar su familia de Sao Paulo (sureste) a Comandatuba (estado de Bahia), desplazándose en seguida a Brasilia, donde mantuvo la agenda normal en el gabinete», asegura en una nueva nota la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia.

«La familia retornó a Sao Paulo el día 14, usando el mismo medio de transporte. El vicepresidente no sabía a quien pertenecía la aeronave y no pagó por el servicio», agrega el comunicado.

En el testimonio que hizo ante la Fiscalía en el marco de un acuerdo de colaboración con la Justicia a cambio de reducciones en sus condenas, el empresario Joesley Batista dijo que Temer y su esposa, Marcela, viajaron en enero de 2011 en su avión particular cuando el actual mandatario era vicepresidente de Dilma Rousseff. ​

Batista reveló el viaje para mostrar que tenía una relación muy próxima con el jefe de Estado, algo que Temer insiste en negar.

El presidente de Brasil está siendo investigado por la Corte Suprema por corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación para delinquir tras la delación hecha por Batista ante la Fiscalía, en la que aseguró que pagó sobornos a Temer desde 2010.

El empresario también grabó una conversación que mantuvo en la residencia oficial de Temer en la que el jefe de Estado escucha sin inmutarse el relato de diferentes ilegalidades, lo que ha puesto al presidente en entredicho y ha provocado que toda la oposición y varios de los partidos de la base del Gobierno pidan su renuncia.

Temer por el momento rechaza todas las acusaciones y acusó a Batista de ser un «charlatán» y de ser «una persona que se jacta de eventuales influencias».

Fuente: El Comercio/EFE