«Señalé que nuestro gobierno está listo para colaborar con el transporte de los menores brasileños de vuelta a Brasil, si ese es el deseo de sus familias.
Las autoridades de ambos países continuarán en contacto sobre ese tema», dijo Temer durante una declaración conjunta a la prensa. Según fuentes presidenciales la propuesta fue bien recibida. Cerca de 50 niños brasileños están en albergues en Estados Unidos, tras ser separados de sus padres en la frontera.
En total, bajo la implementación de la política de «tolerancia cero» destinada a contener la inmigración, más de 2.000 niños -en su mayoría centroamericanos- fueron separados de sus padres y permanecen al cuidado del Departamento de Salud y Servicios Humanos en varios albergues.
«Se trata de una cuestión extremadamente sensible para la sociedad y el gobierno brasileño. Pedí (a Pence) su especial atención para asegurar la rápida reunión de las familias», señaló Temer, que agradeció la «disposición» del vicepresidente estadounidense para «trabajar juntos en busca de una solución». Pence dijo que están «trabajando en la seguridad de la frontera y para reunir a las familias, incluyendo las familias brasileñas». Agregó que «Estados Unidos es el país que más recibe inmigrantes en el mundo», y dijo que su gobierno mantiene un «compromiso para abordar las causas» que provocan la violencia y criminalidad en América Central alentando la migración.
Pence y la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, se reunirán el jueves 28 de junio en Ciudad de Guatemala, con los presidentes Guatemala y Honduras y el vicepresidente de El Salvador para discutir la crisis migratoria. Pence, que viaja por tercera vez a Sudamérica, realiza la primera visita estadounidense de alto nivel a Brasil desde la de su antecesor, Joe Biden, en 2014, durante la Copa del Mundo.
Fuente: El Telégrafo