La entrega de tiquetes garantiza que el pasaje de los pasajeros irá a una caja común; esto debería evitar los ‘correteos’.

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Transporte Urbano - Créditos: El Comercio

Con una mano sostiene el volante y con la otra cobra el pasaje. El mismo conductor de un bus de transporte hace las veces de cobrador, invade carril exclusivo y compite con una unidad de otra cooperativa, que hace el mismo trayecto por la av. Maldonado.

Este es el tipo de situaciones que se busca eliminar con la caja común. Desde 1993, con la creación del Plan de Racionalización del Transporte en Quito, las últimas seis administraciones municipales han trabajado por implementar la caja común, como un sistema que ayude a mejorar el servicio y que motive a las operadoras a tener una visión empresarial del transporte.

Así explica César Arias, consultor en temas de movilidad. La caja común busca que todo el dinero recogido por los distintos buses de una cooperativa vayan a una sola cuenta, y se reparta de manera equitativa entre las unidades. Así, los conductores evitarían el ‘correteo’ y brindarían un mejor servicio a los usuarios, según Sergio Garnica, miembro de la Comisión de Movilidad del Concejo Metropolitano.

Este sistema no solo se basa en la entrega de tiquetes a los pasajeros, sino que toma en cuenta cinco parámetros. El primero es la estructura organizacional, es decir, que la cooperativa cuente con RUC, gerente, presidente, responsable de operaciones y de mantenimiento, capacitaciones y afiliación del conductor.

El segundo parámetro tiene que ver con la elaboración de un plan operativo: rutas establecidas, tablas de trabajo, registro de tiempos.

Un tercero es contar con un plan de mantenimiento considerando el control preventivo, el rendimiento por unidad, entre otros aspectos.

El cuarto parámetro gira en torno a la recaudación centralizada, que mide el plan de recolección de lo recaudado, lleva un control de ingresos por ruta y por bus, y se deposita todo en una sola cuenta.

El quinto: una correcta distribución de los ingresos. Así lo hace la Cooperativa Catar, que cuenta con 121 buses. Martha Rivera, cobradora de la unidad 103, comenta que el lunes, por ejemplo, entregó 750 boletos de adulto y 190 de tarifa especial. Esa misma noche depositó USD 209, 60.

Fuente: El Comercio