Mariano Rajoy, líder del conservador Partido Popular (PP), fue investido este sábado como presidente del gobierno, con 170 votos a favor, 111 en contra y 68 abstenciones.
Esta investidura se dio en segunda votación, por mayoría simple, gracias a la abstención del tradicional rival político del PP, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que argumentó que su decisión obedecía al deseo de evitar unas terceras elecciones.
Aunque los socialistas habían pactado abstenerse en bloque para permitir el gobierno de Rajoy, un grupo de 15 diputados del grupo votaron en contra, rompiendo así con la disciplina partidista.
Algunos de los socialistas que se abstuvieron, usaron la fórmula «por imperativo, abstención», en la votación.
Más temprano, Pedro Sánchez, ex secretario general y ex candidato presidencial del PSOE, había renunciado a su escaño como diputado. Sánchez era uno de los principales promotores del “no” al gobierno de Rajoy.
La ceremonia de investidura se dio en medio de protestas en la calle, contra lo que los manifestantes consideran «un golpe a la democracia».
Una elección, dos elecciones…
Rajoy ha gobernado España desde 2011, aunque ha sido presidente en funciones durante poco más de 10 meses desde las elecciones del 20 de diciembre de 2015.
En dichos comicios, el PP resultó ganador con 123 escaños, pero lejos de los 176 necesarios para gobernar con mayoría absoluta.
Ante la dificultad de encontrar apoyo en otros partidos, Rajoy rechazó intentar formar gobierno y fue Sánchez, del PSOE -segundo lugar con 90 escaños-, quien buscó la investidura de la mano del centrista Ciudadanos (40 escaños), sin éxito.
Esta situación obligó a la convocatoria de nuevas elecciones, para el 26 de junio de 2016, con el PP nuevamente como ganador, esta vez con 137 escaños, 14 más que los primeros comicios.
De esta elección los socialistas salieron con menos escaños, 85, por 71 de la tercera fuerza, el emergente Podemos, y 32 de Ciudadanos.
El PP logró un acuerdo Ciudadanos y con un partido menor, Coalición Canaria (un diputado), pero la suma de sus escaños (170) seguía siendo insuficiente.
Rajoy proponía que el PSOE se uniera al PP en una “gran coalición”, pero esta opción fue rechazada por Sánchez con un firme “no es no”, mientras exploraba la posibilidad de buscar la investidura apoyándose en otros partidos, como Podemos y Ciudadanos u otros grupos independentistas.
Entonces, varios miembros del PSOE, incluyendo el expresidente Felipe González, comenzaron a presionar a favor de dar el gobierno a Rajoy, ante la posibilidad de unas terceras elecciones, que además caerían en temporada navideña.
El 1 de octubre, Sánchez renunció como secretario general del PSOE, en medio de una severa crisis interna en el partido. Tres semanas después, el día 24, los socialistas, reunidos en comité federal, aprobaron permitir la investidura de Rajoy por medio de la abstención en el Congreso, lo que se concretó finalmente este sábado.