Trump se impuso cómodamente en los cinco estados del noreste que votaban este martes para repartir 118 delegados republicanos: Maryland, Pensilvania, Rhode Island, Delaware y Connecticut.
«En lo que a mí me concierne, esto ya se ha acabado», dijo Trump en un acto en Nueva York, en referencia a la carrera para ser el candidato republicano en las elecciones presidenciales de noviembre.
Dos días después de que sus rivales en la contienda republicana, Ted Cruz y John Kasich, anunciaran un pacto para tratar de evitar que Trump consiga los delegados necesarios para asegurarse la nominación, el magnate sacó músculo en el noreste del país, una región que hasta ahora ha sido muy amable con él.
Tras hacerse con el 60 % de los votos en Nueva York hace una semana, Trump se encaminaba a lograr porcentajes parecidos en los cinco estados en juego este martes, en los que los medios de comunicación pronosticaron su victoria nada más cerrar las urnas.
Esos triunfos mejoran sus perspectivas de hacerse con los 1.237 delegados necesarios para lograr la nominación republicana y evitar lo que el aparato del partido trata de provocar: una convención disputada en julio en la que, si Trump no llega a la cifra mágica, cualquier otro podrá hacerse con la candidatura.
No obstante, ese objetivo no será fácil para el magnate, que antes de la votación de este martes contaba con 845 delegados.
En la contienda republicana solo quedan por votar diez estados, y varios de ellos tienen un perfil poco favorable a Trump, como Nebraska, Montana y Dakota del Sur.
La batalla se trasladará este miércoles a Indiana, donde la ventaja de Trump es ajustada y donde Cruz está invirtiendo grandes recursos para tratar de arrebatarle delegados en la votación del próximo 3 de mayo.
«Esta noche, esta campaña se traslada a un terreno más favorable», dijo hoy Cruz en un mitin en Knightstown (Indiana).
Kasich se ha comprometido a no invertir recursos y esfuerzos en Indiana para facilitar así una victoria de Cruz, mientras que la campaña de ese senador hará lo mismo en los estados de Oregón, que votará el 17 de mayo, y Nuevo México (7 de junio).
Trump opinó hoy que esa estrategia «muestra debilidad, muestra ineficacia, muestra campañas que están fracasando, muestra una conspiración», y pidió a sus dos rivales retirarse de la contienda porque no tienen «ninguna opción de victoria».
En la carrera demócrata, Clinton amplió su ventaja al imponerse en Pensilvania, Maryland, Delaware y Connecticut; mientras que su rival, el senador Bernie Sanders, venció en Rhode Island.
«Con su ayuda, vamos a volver a Filadelfia con la mayoría de los votos y de los delegados comprometidos», prometió Clinton en un discurso en esa ciudad de Pensilvania, en referencia a la convención demócrata que se celebrará en esa misma localidad en julio.
«Tanto si apoyan al senador Sanders como a mí, hay mucho más que nos une de lo que nos divide», enfatizó la ex secretaria de Estado.
Mientras, Sanders recordó lo lejos que ha llegado su campaña durante un mitin en el estado de Virginia Occidental, que celebrará primarias el 10 de mayo.
«Estamos ganando el voto de los independientes y de algunos republicanos también», subrayó el senador por Vermont, aupado por su mensaje contra la creciente desigualdad en EE.UU.
Clinton necesita 2.383 delegados para hacerse con la nominación demócrata y hasta ahora cuenta con más de 1.500, frente a los más de 1.200 de Sanders, cifras que no incluyen a los «superdelegados», funcionarios electos del partido que también pueden votar en la convención y que podrían cambiar su preferencia si lo desean.