El mandatario rubricó el memorando durante una ceremonia en la sede de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), una de las entidades que más sufrirá recortes de aprobarse el proyecto de presupuesto del jefe de Estado.
Al frente de la EPA se encuentra Scott Pruitt, un escéptico de las investigaciones sobre el calentamiento global.
Con esta medida, la administración Trump intenta aumentar la independencia energética de la nación, a fin de estimular la creación de empleos y mayores ganancias en las empresas beneficiadas, sobre todo aquellas afincadas en la producción de carbón, gas y petróleo.
«El presidente Trump cree que podemos cumplir los dos objetivos, proteger el medio ambiente, proporcionar aire y agua limpia, pero a la vez lograr que la EPA vuelva a su misión de avanzar en la producción de energía en Estados Unidos», explicó un vocero de la Casa Blanca.
«Somos el mayor productor de petróleo y gas natural del mundo. Tenemos muchos depósitos de carbón. Queremos ver la energía nuclear, las renovables, todo. Y de nuevo, podemos hacer ambas cosas para servir al medio ambiente y aumentar la energía al mismo tiempo», agregó.
Sin embargo, expertos y grupos ambientales cuestionan la afirmación de que revertir las políticas del exmandatario Barack Obama (2009-2017) propiciará la independencia energética o una mayor creación de empleos.
La parte más importante de la orden ejecutiva anuncia a la EPA que debe considerar derogar el Plan de Energía Limpia de la anterior administración.
Dicha iniciativa resultó una pieza clave de la agenda climática de segundo mandato de Obama, y en la cual se estableció un recorte de 32 por ciento en las emisiones de dióxido de carbono del sector energético para 2030.
La disposición de Trump pide a los reguladores federales anular los límites de emisión de dióxido de carbono para las nuevas plantas termoeléctricas, así como del metano en el caso de las perforaciones para la búsqueda de petróleo y gas natural.
Otro de los efectos inmediatos de la orden ejecutiva es la suspensión de la moratoria del departamento de Seguridad Nacional sobre los nuevos contratos de arrendamiento de yacimientos de carbón.
Esta disposición del gobierno de Obama buscaba frenar cualquier concesión minera hasta estudiar cómo cobrar a las compañías por los impactos climáticos del combustible que extraen.
Asimismo, la orden de Trump detiene la política de pedir a las agencias federales que consideren el cambio climático en las revisiones ambientales, un método de contabilidad gubernamental para las regulaciones sobre el cambio climático.