La medida representa una clara diferencia entre la forma en que Trump y el expresidente Barack Obama ven el rol de Estados Unidos en la lucha contra el cambio climático, y altera dramáticamente el enfoque del Gobierno sobre el aumento del nivel del mar y las temperaturas, dos consecuencias del cambio climático.
Un funcionario de la Casa Blanca que informó sobre el plan dijo el lunes que cree que el Gobierno puede «servir al medio ambiente y aumentar la independencia energética al mismo tiempo», instando a la EPA a centrarse en lo que la administración cree que es su misión fundamental: aire y agua limpios.
Más importante que la regulación del cambio climático, dijo el funcionario, es la protección de empleos en Estados Unidos.
«Es un tema que merece atención», dijo el funcionario del cambio climático. «Pero creo que el presidente ha sido muy claro en que no va a aplicar políticas de cambio climático que pongan a la economía de Estados Unidos en riesgo. Es muy simple».
El decreto de este martes dará inicio a una revisión de la iniciativa Clean Power Planta, dejará sin efecto la moratoria a la minería de carbón en tierras federales de Estados Unidos e instará a las agencias federales a «identificar todas las regulaciones, todas las reglas, todas las políticas… que obstaculicen y representen impedimentos para la independencia energética de Estados Unidos», dijo el funcionario.
En concreto, el decreto rescindirá al menos seis medidas de la era Obama destinadas a frenar el cambio climático y la regulación de las emisiones de carbono, incluyendo el decreto de noviembre de 2013 en el que el expresidente instruyó al Gobierno federal para prepararse para el impacto del cambio climático y el memorando presidencial de septiembre de 2016, que indica «la creciente amenaza a la seguridad nacional» que supone el cambio climático.
«La administración anterior devaluó a los trabajadores por sus políticas», dijo el funcionario. «Estamos diciendo que podemos tanto proteger el medioambiente y como proporcionar trabajo a las personas».
El funcionario de la Casa Blanca siguió argumentando que la mejor manera de proteger el medioambiente es tener una economía fuerte, y señaló que países como la India y China hacen menos para proteger el medioambiente.
«En la medida en que la economía es fuerte, crece y tiene prosperidad, esa es la mejor manera de proteger el medioambiente», dijo el funcionario.
El decreto también escenifica los mayores temores de los defensores del cambio climático cuando Trump fue elegido, en noviembre de 2016.
«Estas acciones son un asalto a los valores estadounidenses y ponen en peligro la salud, la seguridad y la prosperidad de todos los estadounidenses», dijo Tom Steyer, presidente de NexGen Climate, en un comunicado. «Trump está destruyendo deliberadamente programas que crean puestos de trabajo y garantías que protegen nuestro aire y agua, todo en aras de permitir que los contaminadores corporativos se beneficien a nuestra costa».
Andrew Steer, director general del Instituto de Recursos Mundiales, dijo que el decreto muestra que Trump está «fallando en una prueba de liderazgo para proteger la salud de los estadounidenses, el medioambiente y la economía».
Pero por mucho que los demócratas y los defensores del clima lo condenen, el decreto de Trump es una continuación a sus comentarios sobre el cambio climático.
«El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos con el fin de hacer no competitiva a la manufactura estadounidense», tuiteó Trump en noviembre de 2012.
«También voy a cancelar todo el despilfarro en cambio climático de Obama/Clinton», dijo Trump en octubre de 2016.
Los cambios también reflejan el punto de vista del titular de la EPA, Scott Pruitt, que rutinariamente demandó a la organización que ahora dirige durante su período como fiscal general de Oklahoma. En una entrevista con la CNBC, a principios de este mes, Pruitt sostuvo incorrectamente que el dióxido de carbono no es el «principal contribuyente» al cambio climático, un comentario que va en contra de la mayoría de investigaciones científicas.
Este decreto es también un intento del gobierno de Trump por cumplir su promesa de traer más puestos de trabajo sustentados en el carbón. El funcionario dijo que las regulaciones de Obama «no eran útiles» para la industria del carbón.
«Vamos a hacer que nuestros mineros del carbón vuelvan a trabajar», dijo Trump en un evento este mes en Kentucky. «No se les ha tratado bien, pero van a ser bien tratados ahora».