Durante sus pocos días al frente del departamento, Crnoja escandalizó a la ciudadanía por exigir un «registro de traidores nacionales» y un «registro de agresores» contra Croacia.
La prensa local averiguó que Crnoja durante años presentó lugares de residencia falsos y diferentes con el objetivo de pagar menos impuestos, abusó de privilegios que tenía como veterano de guerra, estuvo en la cárcel por una agresión física y durante años maltrató a una vecina, madre soltera con un niño inválido.
Se vio obligado a dimitir tras veinte horas de negociaciones sobre su caso entre el nuevo jefe de Gobierno, el independiente Tihomir Oreskovic, y los dos viceprimeros ministros y líderes de la coalición en el poder, Tomislav Karamarko (HDZ), que se oponía a la destitución, y Bozo Petrov (Most).
Analistas locales consideraron hoy que este caso ha demostrado que el nuevo Ejecutivo croata no tiene ministros de calidad y que Oreskovic, un antiguo ejecutivo farmacéutico canadiense de origen croata, en realidad no controla el gabinete.